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Las palabras tienen la palabra

De ahí sale el gas

JUAN RECAREDO.-

Literalmente, el gas es caos. A ver, ¿cómo? Sí, mire: la palabra gas fue inventada por un médico que también le sabía a la química -¿o era al revés?- llamado Juan Batista Van Helmont.

Nuestro amigo Juanito, un buen día -allá por 1640- se interesó mucho por la química y empezó a experimentar con el ácido carbónico y el sulfhídrico. En sus experimentos vio que, en ciertas reacciones, de repente se desprendía un… un algo -porque todavía no existía el término "gas"- en forma de aire, pero no era aire, así que el buen Juan anotó en su libretita:

"A este aire, desconocido hasta el momento, lo llamo con el nuevo nombre de gas, que ni puede ser encerrado en recipientes, ni ser reducido a un cuerpo visible, a no ser extinguida su fuente".

¿De dónde sacó la idea de ponerle "gas" al gas? Pues porque nuestro amigo médico inventó esta palabra a partir de "caos", una palabra que nosotros conocemos como "desorden" pero que en la filosofía griega se usaba más específicamente para designar a una "masa de materia sin forma". Entonces, agarró a la palabra "caos" y le metió por ahí la raíz indoeuropea gheu que significa "estar abierto" o "bostezar". ¡Y le salió el gas! Digo, la palabra… así la inventó.

Como es una palabra corta y fácil de pronunciar y aprender, se propagó tan rápidamente como el gas mismo y en todas las lenguas se escribe casi igual: en inglés e italiano es igual que en español; gaz en portugués y francés; gasu en ruso, etcétera. Luego, como pasa normalmente en cualquier lenguaje, ésta le dio origen a otras palabras, como "gasolina", que al gas le añades la partícula 'ol' que sirve para nombres de aceites (óleo) y al final "ina" que se usa para nombrar químicos, como es el caso de la vitamina, proteína y melatonina. La gasolinería o gasolinera son palabras que nacen de la misma raíz.

Pasó el tiempo y los mexicanos -como solemos hacerlo- creamos frases diferentes con el término. "Oye, ya no he visto a Blanquita en la oficina…" "Ya no viene porque 'le dieron gas'", o sea que ya despidieron a la pobre de Blanquita… o eso espero, porque "darle gas" también es una frase que usamos cuando a alguien le "dan chicharrón"… lo asesinan, pues. Y pobre Blanquita, si acaso era medio gacha en la oficina, tampoco es así como para matarla.

Son las doce de la noche y el niño anda inquieto y no se quiere dormir. "Todavía trae mucho gas", dice la mamá, refiriéndose a que el chamaco no se duerme porque trae toda la energía. "¡El gaaaaaas!" grita el gasero cuando pasa por la calle, a ver si alguien desea que le rellenen el tanque… del gas, por supuesto. Y cuando alguien experimenta flatulencia y tiene que liberar la presión de su tubo digestivo, podemos decir que "se echó un gas" o un "gasecito" para que no se escuche tan feíto.

Y más vale que aquí le corte a mi gas porque ya se me acabó este espacio.

Soy Don Juan Recaredo… compártame sus dudas y comentarios.

[email protected] Twitter: @donjuanrecaredo

ME PREGUNTA Gustavo Baca: ¿Se le puede decir dentrífico a una pasta de dientes?

LE RESPONDO: No, está mal escrita. La palabra correcta es dentífrico para referirse a la pasta dental.

LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA: De todo lo que tenemos, lo único que nos pertenece son nuestros sueños.

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