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Las palabras tienen la palabra

Cuando sea viejo

JUAN RECAREDO.-

“Es triste llegar a viejo, pero es más triste no llegar…” así decía festivamente Lalo González “El Piporro” y no solamente él, lo han dicho muchos otros y otras, celebridades o no, algunas veces festivamente y otras no tanto.

Es que vivimos siempre con la amenaza del tiempo, viendo “qué rápido se pasa el tiempo” y cómo nos vamos acercando a la vejez, hasta que nos encontramos con que “la edad se nos vino encima” y empezamos a “chochear”, verbo que en México entendemos como “llegar a la edad en que disminuyen las facultades físicas y mentales y cuando empiezas a ser maniático, terco y medio excéntrico como un anciano”, es decir que tienes que aceptar que ya estás viejo cuando haces cosas inexplicables que no parecen llevarse muy bien con la lógica o con el sentido común.

Ahora, con las complicaciones tan graves que hay en el mundo, ya lo que quiere uno es de perdido llegar a la vejez. Bueno pero, ¿qué es un viejo? Pues en el Diccionario de la Real Academia dice que la palabra viejo viene del latín vetulus: “dícese de una persona de edad”.

A veces, cuando a un viejo no le queremos decir así porque el término suena despectivo, entonces le decimos anciano. Y la verdad es que nunca he visto un lugar que diga: “Asilo de viejos” y sí he visto alguno que diga: “Asilo de ancianos”, aunque aún esta denominación se siente un poco ruda y para hacerla más tierna se le llama: “Casa de reposo” o se le asigna algún otro eufemismo que disimule un poco la verdad de que el lugar está lleno de gente de edad, cargada de achaques y que pronto va a tener que despedirse de este canijo mundo.

El anciano es el antiguo, el que vive “desde antes” o yo diría “desde mucho tiempo antes”, aunque el vocablo “anciano” no puede usarse cordialmente como la palabra viejo que no siempre se refiere a una persona de edad, sino que puede llamársele así a un amigo, un “cuate” al que se le aplica el adjetivo para decir que es un “viejo amigo”, no porque sea de avanzada edad, sino porque desde hace mucho tiempo que me brinda su amistad.

Cuando se usa la palabra viejo en ese sentido hay que precisar bien que se trata sólo de “un buen amigo” porque si dices que “Fulanito es mi viejo”, la gente maliciosa puede entender que es tu pareja, o sea que hay una relación íntima entre ambos.

Finalmente, cito el caso de la señora que en lugar de decirle a su esposo “gordo”, “querido” o “mi vida”, le dice precisamente así y se refiere a él como “mi viejo” y es correspondida con el mismo adjetivo que da lugar a esas tres formas que cambian según el tiempo que tengan de casados: “¿Cómo amaneciste vieja?” como tierna pregunta, “¡cómo amaneciste vieja!” como triste observación y “¿Cómo? ¿Amaneciste, vieja?”, una expresión de cruel sorpresa.

Soy Don Juan Recaredo… compártame sus dudas y comentarios. [email protected] Twitter: @donjuanrecaredo

ME PREGUNTA Ángeles Aguilar: ¿Es correcto decirle “miss” a las maestras?

LE RESPONDO: Aunque se haya impuesto como costumbre, no se considera correcto, pues en español no está aceptada y, además, ni siquiera se utiliza como “señorita” —que es su traducción al español— sino que se usa como sinónimo de “maestra”, lo que es un tremendo error.

LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA: No hay recuerdo que el tiempo no borre ni pena que la muerte no acabe.

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