En una nota originada en la capital del estado de Durango realizada por el periodista de El Siglo de Durango, Saúl Maldonado, se da cuenta del grave problema de sequía que cubre el territorio.
En el estado, 39 municipios alcanzan algún grado de sequía y 19 se registran con sequía excepcional, el grado más alto de este fenómeno; la registrada en el 2023 es la segunda más grave de este siglo, sólo superada por la del 2011. El monitor de la sequía reveló que, al cierre del mes de enero, Durango registraba en todo su territorio algún grado de sequía.
Entre los municipios con sequía excepcional están los de la zona norte y noroeste, de la sierra y los pegados a la misma, entre ellos el de Durango, Canatlán, Santiago Papasquiaro, Guanaceví, Topia, entre otros.
Con sequía extrema están ocho municipios, los del norte como Coneto de Comonfort, Hidalgo, Indé, Ocampo, entre otros.
En sequía severa están nueve municipios, entre ellos los de la Región Lagunera y los Llanos como Mapimí, Rodeo, Tlahualilo, pero también Poanas, Cuencamé, Guadalupe Victoria y algunos de la sierra como Pueblo Nuevo, Mezquital, entre otros.
Además, con sequía moderada están tres: Lerdo, San Juan de Guadalupe y Vicente Guerrero.
Concluido el 2023, las primeras semanas del presente año no han presentado cambios significativos en la tendencia de sequía. En el primer mes, de acuerdo a Víctor Hugo Randeles, titular del área de Hidrología y Meteorología de la Conagua, no se registraron precipitaciones que ayuden a formar parte de las estadísticas, por lo que a pesar de algunas ligeras lloviznas en enero, el promedio de lluvia fue de cero milímetros.
El pronóstico para los siguientes tres meses que vienen no son prometedores, a decir de Randeles se prevén lluvias por debajo de los promedios que suelen caer. Enero registra una media de lluvias de 18 milímetros y este año fue de cero; febrero de siete milímetros, marzo de 3.9 y abril de 5.6, pero se esperan menores.
El titular del área de Hidrología y Meteorología de la Conagua explicó que a nivel nacional ya está registrado que el año del 2023 ha sido el más seco en todo el país desde 1941, y Durango forma parte de esa estadística.
A nivel estatal, el año más seco ha sido 2011, en el cual llovió solo el 46 por ciento del promedio, es decir, ese año hubo un déficit del 54 por ciento de agua, lo que provocó que sea catalogado como el año más seco en el territorio estatal en las últimas décadas.
El 2023 llovió en la entidad el 66 por ciento por lo que el déficit de agua alcanzó casi el 40 por ciento, convirtiéndolo en el segundo año de mayor déficit de agua y mayor sequía en el presente siglo.
La diferencia entre los dos años es que en el 2023 sí llovió en la temporada otoño invierno, sobre todo los meses de octubre y noviembre, mientras que en el 2011 no.
Ante este lamentable escenario dependemos de la naturaleza. Como en reiteradas ocasiones se ha señalado en este espacio, es menester como nunca prestar atención al cuidado del agua en todas sus variantes. En Durango, apenas con 13 años de diferencia se presentan los más secos desde que se tiene registro, pero el 2023 no sólo fue Durango, en el país entero se presentó la mayor sequía de la que se cuentan registros.
La histórica explotación de otrora ricos mantos freáticos alimentados por la cuenca del Nazas aún pueden dar de beber a la población por varias décadas, pero ojo, el consumo humano es apenas el 20% del total del gasto de agua, el otro 80% se lo lleva la agricultura.
Como tantas veces se ha dicho, si bien es cierto que la industria lechera y cárnica de la región ha sido un polo de prosperidad que ha apoyado fuertemente el desarrollo de La Laguna y de su gente, hoy con un clima tan cambiante parece que no queda mucho tiempo para cambiar hacia un modelo de mayor eficiencia en el uso del agua. Este 2023 tan seco nos lo vuelve a gritar. Ojalá se haga algo.
