Desde luego que esta entrega no se refiere a la errática IV Transformación; es un diálogo orientado a analizar la importancia de la información, que difunde las realidades sociales y aporta datos al interesado.
Le han llamado el IV Poder: la capacidad que tienen los medios de comunicación masiva para informar y ayudar al lector a formarse una opinión a partir de datos verídicos y hasta exactos. Habrá que aprender a diferenciarlos para desarrollar juicio en cada tema.
La evolución de las sociedades nos ha dado otro gran fruto de la democracia: la comunicación, que alimenta su fortaleza para que el mayor número de personas definan su postura social/política y tengan los medios para expresarla y defenderla. El voto es solamente un recurso, sin duda poderoso, tanto así que los políticos utilizan los medios digitales abusivamente, sabedores que es el mejor medio para convencer a los ciudadanos y que los apoyen en sus ansias de poder.
El mundo moderno adquirió mayor poder democrático con la información, que se propagó más efectiva y rápidamente con la imprenta -Gutenberg 1450-, permitiendo reproducir las ideas de grandes libros de contenidos varios, incluso los religiosos -la biblia, sin duda, es la más leída en la historia, con aproximadamente 5 a 7 mil millones de copias en diferentes idiomas-. Interesante saber de las veces que también ha sufrido alteraciones.
Los inicios de la "ciencia/arte" de comunicar, fueron muy limitados en su principio; de los primeros periódicos o gacetillas que se publicaron -a partir de 1618- en Ámsterdam -Courante uyt Italien Dantslandt-, tuvo grandes limitaciones, cortos tirajes, altos costos y difíciles distancias a recorrer para entregarlos, haciéndolos accesibles únicamente a los más ricos, quienes podían pagarlos.
Los vehículos de transporte eran lentos e ineficientes, un fuerte impedimento para lograr cubrir los dificultosos recorridos de las distancias. Dado el caso, el transporte animal era utilizado y las noticias llegaban muy tarde a los lugares remotos, haciéndolas útiles únicamente para enterarse. Hubo grandes esfuerzos con equinos veloces
Así fueron los inicios del periodismo escrito y poco a poco, los medios de comunicación fueron haciéndose importantes para políticos y comerciantes. Ya no se detendría hasta llegar a los tiempos actuales, que ha logrado ser computarizado, instantáneo y sobre especializado.
Los medios digitales han borrado distancias y costos, aunque todavía tengamos la enorme dificultad de poder distinguir entre verdad y falsedad; lo exacto o manipulado; la información bien de la mal documentada, hasta malintencionada. Seguramente Usted -como todos nosotros- ya ha sido victimizado con alguna noticia falsa, de las muchas que corren por Internet, siendo triste saber de personas abusivas que las aprovechan para timar.
El peor ejemplo de la malicia digital está en las llamadas "granjas" productoras de información falsa o tendenciosa, patrocinadas por politiqueros mañosos, que buscan -a veces logran- transformar la "verdad verdadera"; ellos cuentan con recursos económicos -también inmorales- para sostener ejércitos de reproductores, quienes, a cambio, reciben dineros para "su amargo pan de cada día".
Sin embargo, con la aparición de las primeras publicaciones periódicas -diarias, semanales o mensuales- quedó abierta la posibilidad de que el ciudadano común y corriente se enterara. Las limitaciones van disminuyendo, quedando pocas personas que desconocen la realidad -analfabetas funcionales o radicando en lugares incomunicados-.
La incipiente democracia, gracias a la información abierta al pueblo, recibió gran impulso, tanto en su crecimiento como en la maduración en el ejercicio de divulgación, impidiendo así que el poder se monopolizara impunemente por aquellos personajes poderosos del pasado o denunciando su abuso. De paso, favoreció la división del poder -ejecutivo, legislativo y judicial-, inconveniencias indeseables para los malvados.
También demostró que, apoyando la democracia, impiden la aparición de dictadores y/o caciques; hoy día, encontramos politiqueros que buscan reformar la ley para acotar la información; otros, aún más inmorales, asesinan a periodistas. -167, hasta sept. 2024-.
Aquellos que ejercen el poder totalitario, quienes curiosamente llegaron a él por un proceso democrático, salvo los que utilizaron la fuerza bruta, han demostrado a través del tiempo que siguen la misma fórmula: someter a los otros poderes de estado, desapareciéndolos o controlándolos con súbditos leales; luego acabar con otras instituciones de servicio, incluyendo las educativas y ONGs, que pudieran hacerles contrapeso; para finalmente atacar y controlar a los medios divulgadores de noticias, amenazando a periodistas y editorialistas que callaran por las buenas o por las malas.
Usted conoce antecedentes: dictadores históricos como Atila, asiático; César, Mussolini o Putin, europeos; Castro o Chávez en América.
Reflexionemos en el tema, ya que, al parecer, recorremos ese escabroso camino maliciosamente planificado, sabiendo -incluya los medios digitales no controlados- de comunicadores que han muerto, otros que han sido amenazados y algunos más, que vencidos, han aceptado alinearse al deseo del Estado.
¿Estaremos viviendo el fin de la prensa libre? ¿Qué piensa?