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CLAVES, DESDE LA SOCIOLOGÍA, PARA ENTENDER EL CONFLICTO POR LA BANDA EN MAZATLÁN

DR FERNANDO ARAUJO

Desde una perspectiva sociológica, el conflicto generado entre un sector empresarial y los integrantes de bandas norteñas no debe ser subestimado. Esta disputa por lo simbólico se articula mediante la apropiación e interacción que se genera entre los grupos involucrados, principalmente de corte económico y cultural.

Frente a esta situación, es relevante mencionar que el sociólogo francés Pierre Bourdieu (1930-2002) desarrolló el concepto de capital cultural como herramienta analítica para comprender las desigualdades sociales. Este concepto se divide en dos aspectos fundamentales: el capital cultural incorporado, que engloba las habilidades, conocimientos y disposiciones adquiridas a través de la socialización y la educación; y el capital cultural objetivado, que se refiere a los objetos culturales que una persona posee, tales como libros y obras de arte. En ese tenor, el conflicto se genera por la imposición de ciertos capitales incorporados y objetivados en espacios que históricamente han reproducido otras formas colectivas de identidad, a este proceso se le reconoce como violencia simbólica.

Por otro lado, también es prudente enfocarse en el concepto de habitus, que se refiere a las disposiciones internalizadas que guían el comportamiento y las percepciones de una persona al interior de un campo. Según Bourdieu, la identidad se ve moldeada por las estructuras sociales, las relaciones de poder y las experiencias personales, las cuales interactúan dentro del entorno social. Esto implica reconocer que el fenómeno en cuestión se encuentra arraigado en la disputa por el espacio simbólico de la cultura, particularmente en el caso de Mazatlán, donde la música ha sido históricamente parte integral de la vida cotidiana del pueblo.

Según el Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México, la Banda Sinaloense tiene sus raíces en los siglos XVIII y XIX, cuando inmigrantes alemanes se establecieron en Sinaloa. Esto significa que la banda ha estado enraizada en la región y ha enriquecido su espíritu cultural durante casi dos siglos. Por otro lado, el desarrollo del proyecto turístico moderno en Mazatlán data apenas de 1970, especialmente con la celebración de la Copa Mundial de Fútbol de ese año, cuando el puerto recibió hasta 395,786 turistas, según datos proporcionados por Santa María Gómez.

Esto explicaría que el problema es consecuencia de la imposición de símbolos de una cultura ajena a un microcosmos establecido en la vida cotidiana. La confabulación entre la industria del turismo y las nuevas tecnologías han propiciado que se generen sucursales estandarizadas sobre el quehacer lúdico y de descanso. En términos de rendimiento económico se concentran espacios gentrificados que traen como consecuencia un aumento en los precios del costo de vida en general y cambios en las expresiones artísticas, ocasionado que se desplacen a los residentes originales principalmente por la dificultad para afrontar los nuevos retos económicos y de estilo de vida.

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