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Estupidez

Yamil Darwich

Mi admirado amigo, neurocirujano poblano, Dr. Cosme Martínez Márquez, me compartió un documento referente a la estupidez, que me pareció interesante para dialogarlo en esta entrega con Usted.

Le comparto un resumen, limitado por el espacio asignado.

"Paul Tabori, un psicoanalista húngaro, escribió "La Historia Natural de la Estupidez Humana. El estúpido es una persona que no padece ninguna afectación en su cerebro o en sus capacidades mentales -es una persona normal- pero que no razona adecuadamente por fallas imputables a la responsabilidad del sujeto: no indaga, no escucha, no analiza, queda atrapado en las trampas del ego ´vanidad, soberbia, narcisismo´ o se deja vencer por vicios como la pereza, la ira o la lujuria, o es incapaz de controlar emociones como el miedo o la ansiedad o en sentido contrario, la euforia. (…) no se trata de una incapacidad mental sino de una irresponsabilidad moral enteramente imputable a la persona".

"Carlo Cipolla, en su ´Leyes fundamentales de la Estupidez Humana´, advierte que la estupidez es por definición irracional, las personas que actúan sobre una base racional tenderán siempre a subestimar la relevancia de los estúpidos, (…) no la creemos posible. Por su relevancia, la estupidez adquiere el carácter de un fenómeno social particularmente peligroso que debe ser reconocido y activamente combatido. Particularmente en el ámbito político".

"Dietrich Bonhoeffer, teólogo alemán, distinguido por su activismo contra el régimen nazi hasta que fue capturado por la Gestapo, encarcelado y después de varios años de encierro ejecutado en un campo de concentración, en 1945, estando en la cárcel no dejó de escribir y algún guardia lo ayudó a sacar sus escritos, publicados en forma de libro "Cartas desde la Prisión". En una, elaboró la ´Teoría de la Estupidez de Bonhoeffer´, tratando de explicarse cómo había sido posible que una población mayoritariamente educada y razonablemente culta se hubiera dejado arrastrar en ese torbellino de irracionalidad y maldad, hasta el punto de enterrar sus principios éticos y religiosos, poner en pausa su conciencia y contribuir activamente al mal, denunciando a sus vecinos, apropiándose de sus bienes o participando directamente en su encarcelamiento o ejecución".

"Muchos ciudadanos alemanes siguieron participando y apoyando al régimen nazi incluso cuando ya era evidente su crueldad y su locura".

"Años después, con arrepentimiento, algunos alegaban no haberse dado cuenta del mal imperante. ´Yo no sabía´, ´no me percaté´, ´me dejé llevar por el fervor nacionalista´. Hubo en ellos una clara voluntad de no saber y una grave irresponsabilidad personal al dejarse arrastrar por la multitud o cegar por la pasión ideológica. Al querer cerrar los ojos ante la realidad, dice Bonhoeffer, resultaba imposible razonar con ellos".

"Explica Bonhoeffer que, en materia política, bajo ciertas circunstancias, las personas se vuelven estúpidas, irracionales o permiten esta ceguera o bloqueo de la consciencia: Si se observa más de cerca, se hace evidente que todo fuerte aumento de poder en la esfera pública, ya sea de naturaleza política o religiosa, infecta a una gran parte de la humanidad con estupidez. (…) En cambio, parece qué, bajo el impacto abrumador del poder creciente, los seres humanos se ven privados de su independencia interior y, más o menos conscientemente, renuncian a establecer una posición autónoma frente a las circunstancias emergentes. (…) Al conversar con él, uno siente virtualmente que no se trata de una persona, sino de eslóganes, eslóganes y cosas por el estilo, que se han apoderado de él. Está bajo un hechizo, cegado, maltratado y abusado en su propio ser. Habiéndose convertido así en una herramienta sin mente, la persona estúpida también será capaz de cualquier mal y al mismo tiempo incapaz de ver qué es malo (…)"

"Esta reflexión es pertinente en el momento actual de México. Por ceguera ideológica, por afanes miméticos, por el miedo a aceptar una realidad contraria a las expectativas o por no reconocer un error previo -haber votado en 2018 por ya saben quién-, hoy encontramos a personajes notables de nuestra vida pública que han decidido alinearse y comprometerse con un régimen brutalmente destructivo al amparo de banderas ideológicas respetables como la lucha en favor de una mayor justicia social. (…) . Todos ellos con una biografía personal muy destacada, por su formación académica, su inteligencia práctica y su pensamiento crítico pero que ahora están obnubilados por su pasión ideológica y su apego sentimental a las promesas -incumplidas- de la 4T. Y no se dan cuenta de la contribución activa que están prestando a la destrucción de la democracia mexicana (…)".

"Y, detrás de ellos, tenemos a millones de mexicanos, (…) siguen dispuestos a votar por la continuidad de la 4T, igualito que tantos alemanes que seguían respaldando a Hitler en 1938 o venezolanos (…)".

Los comentarios finales corresponden al texto compartido, no a mi estimado amigo.

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