Ernesto Piedras cuestiona la razón de que a la cultura no se le reconozca y expone que el sector produce empleos, valor económico, exportación, valor para el turismo, para la infraestructura.
Se suele pensar que la cultura es un sector que no genera ingresos económicos al país, que sólo es un área destinada a minorías, carente de una industria sólida que la respalde.
Sin embargo, según expertos como el doctor Ernesto Piedras, la realidad es todo lo contrario: se trata de un ramo fértil, lleno de oportunidades que pueden aprovecharse para el desarrollo de una región, incluso en una recesión. Primero indica que hay eventos culturales que no quedan registrados en la estadística oficial, a esa derrama le denomina “economía sombra”.
Ernesto Piedras pone el ejemplo de un trío que toca por unas monedas en la Plaza de Coyoacán: habla del gasto que el grupo empleó al tomar el transporte público, los tacos de canasta que comieron en una esquina y los ingresos que obtuvieron de los paseantes al hacer sonar sus guitarras y requintos.
“Pues eso no queda en la estadística y tú y yo estamos de acuerdo de que es un evento cultural, pero no se captura. Entonces digo que mucha de la cultura no es capturada por la estadística oficial y eso lo mido en la economía sombra. Mucho del arte plástico se va a la sombra, porque se vende en mercados informales. Si el grafitero va y compra las latas de pintura, eso sí se captura en la venta, pero lo demás ya no”.
Economista por el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y doctor por la Escuela en Ciencias Económicas de Londres, el también columnista del periódico El Economista se ha desempeñado como especialista en análisis del mercado, en la regulación en telecomunicaciones, y en estudios de valor económico de las industrias de la creatividad.
Es autor del libro ‘¿Cuánto vale la cultura? Contribución económica de las industrias protegidas por el derecho de autor en México’ (Conaculta), por lo que en esta oportunidad comparte con El Siglo de Torreón su perspectiva sobre el papel que la cultura tiene en la economía. Pero antes de entrar al tema, Ernesto Piedras aclara la supuesta recomendación que la Unesco da a los países para invertir el uno por ciento de su PIB en el sector cultural (el PIB de México en 2022 fue de 1.466 billones de dólares). Indica que la Unesco nunca ha mencionado esa cifra formalmente.
“Alguna vez un funcionario de la Unesco, en un pronunciamiento, dijo: ‘por ejemplo, si destinamos el uno por ciento…’, pero no es una regla que haya dictado. Aunque es sano tomar como eje a ese uno por ciento, pero podría ser el dos o el tres por ciento […] pero el punto medular es por qué a la cultura le quitas el recurso”.
Ernesto Piedras cuestiona la razón de que a la cultura no se le reconozca y expone que el sector produce empleos, valor económico, exportación, valor para el turismo, para la infraestructura. Enfatiza que la cultura vale por ella misma: por sus elementos sociales, de cohesión, por la paz y el bienestar, pero también por lo económico.
“¿Por qué padecemos esa miopía de reconocer también su dimensión económica? ¿Por qué cuando hay una recesión lo primero que se dice es ‘quítenle dinero a la cultura’?”.
El experto comparte un ejemplo. Entonces corría el año 2008. La titular del Conaculta era Consuelo Sáizar y Piedras su asesor.
A nivel mundial se vivía una recesión y el economista se encontraba en Inglaterra por motivos personales. Recuerda que compró el diario The Times, cuyo encabezado indicaba que por segundo trimestre consecutivo había caído el PIB.
“Eso en economía se le llama recesión, cuando por dos trimestres cae el PIB. Y dice su secretario de hacienda: ‘Es oficial, estamos en recesión’. Y un párrafo más adelante dice: ‘Como estamos en recesión, tenemos que reinvertir en cultura’. Su lógica es que si invertimos en cultura van a venir más turistas a tener derrama económica, a visitarnos, a alentar el turismo, a comprar, a consumir en nuestros restaurantes, hoteles, etcétera. Fíjate su lógica económica: tenemos que gastar en cultura”. En ese momento, Consuelo Sáizar llamó por teléfono a Ernesto Piedras.
Le notificó que en México intentaban recortarle el presupuesto del Conaculta debido a la recesión. Se necesitaba argumentar, exponer casos como el de Inglaterra, donde la postura ante la crisis era todo lo contrario. Si en México existe todo un amplio mosaico cultural de distintas expresiones, Piedras lamenta que no se le reconozca su potencial económico.
Cabe recordar que la Cuenta Satélite de la Cultura en México de 2022 indica que el sector Cultura contribuyó al Producto Interno Bruto del país con 815, 902 millones de pesos, lo que representó un 2.9 por ciento del total. Se presentó así un crecimiento del 12.6 por ciento respecto a 2021.
Mientras que las actividades económicas generaron un millón 494 mil 745 puestos de trabajo, el 3.6 por ciento del total nacional.
“Un millón 494 mil 745 empleos es una monstruosidad. Si es un sector generador de empleos, ¿por qué no le invertimos más a la cultura? Si te asegura, según la Cuenta Satélite, 2.9 por ciento del PIB, ¿por qué no le invertimos más?, ¿por qué no le asignamos más presupuesto?”.
NUEVO SEXENIO
Será el próximo 1 de octubre cuando Claudia Sheinbaum se convierta oficialmente en la primera mujer en llegar a la Presidencia de México. La futura mandataria ya ha elegido a Claudia Curiel de Icaza como la nueva titular de la Secretaría de Cultura federal, quien relevará a Alejandra Frausto. En ese tenor, Ernesto Piedras se sincera y comenta que no ve el cambio de sexenio como un “parteaguas especial”, como si por arte de magia las cosas fuesen a transformarse de un periodo a otro.
Aunque agrega que sí vale la pena analizar este corte de caja y exponer las expectativas.
“Viene nueva administración presidencial, viene una nueva presidenta, ¿por qué no repensamos al sector (cultural)? Mi planteamiento ahí no sólo sería regresémosle el presupuesto que le hemos quitado, sino que me plantearía pensar cuál es el presupuesto que le corresponde al sector de la Cultura. Y yo no me regresaría al presupuesto de hace seis años, ni al de hace doce. Más bien haría una evaluación de cuál es la contribución económica que tiene el sector, si es ese 2.9 por ciento que nos dice el Inegi, si es la métrica del cinco por ciento o del 6.7 por ciento que hacemos otros investigadores, o es el uno por ciento que hemos comentado hacia la sugerencia de la Unesco”.
El economista califica de miserable el presupuesto que se le ha asignado a la cultura enMéxico. En 2024, a la Secretaría de Cultura se le asignaron 16 mil 754 millones de pesos.
El 18.14 por ciento de ello se destinó a mejorar las zonas arqueológicas del Tren Maya, mientras que 5.97 por ciento fue a parar al polémico Proyecto Chapultepec. Mientras que programas que se distribuyen vía subsidios para la producción artística como Apoyos a la Cultura, el Programa Nacional de Becas Artísticas y Culturales, Estímulos a la Creación Artística y Fomento al Cine Mexicano, apenas alcanzaron el 6.25 por ciento en conjunto.
Otro punto afectado han sido los apoyos a la infraestructura de las entidades federativas, arañando el 1.18 por ciento del presupuesto.
Se trata de aprovechar la infraestructura que ya existe de inmuebles y personas que se dedican a invertir en cultura, de echar la mano a quienes no quitan el dedo del renglón.
El sector cultural no es un pozo sin fondo, como se suele pensar, pero para obtener ganancias de él hay que conocerlo o respaldarse con expertos en el tema.
Ernesto Piedras pone de ejemplo la visita del tenor Rolando Villazón a México, quien realizará tres fechas en Torreón (donde se presentará este miércoles en el Teatro Isauro Martínez), Guadalajara y Ciudad de México, después de 14 años de no presentarse en el país.
Con la participación de la iniciativa privada, estos tres conciertos generarán una derrama económica no sólo en taquilla, sino también en otros servicios como hospedaje, comida, transporte, etcétera; ingresos que también potencializan al sector cultural. “Para que él venga, fíjate toda la cadena: en mi libro ¿Cuánto vale la cultura?, hay un capítulo que se llama Desagregación de actividades y ramas integrantes de las industrias de la música, por fases. Desde la fase de inversión, del recinto donde se va a presentar, a cómo va a dar empleos a músicos, mexicanos o extranjeros, pero que radican localmente, a los tramoyistas, a los electricistas, a quienes sirvan los bocadillos y los tragos, a quienes vendan boletos, a los transportes, a los hoteleros, a los restauranteros. Ahí se describe toda la cadena productiva.
Es una cadena de valor muy extensa, que se ejecuta en dos a tres horas del concierto, pero que se ejecuta también por varios días previos”. En este nuevo periodo presidencial, es indispensable replantearse el valor que el sector cultural tiene para el país y analizar a detalle el potencial que puede ostentar dentro de la economía. No se trata de explotar recursos sin sentido, sino de aprovechar la materia existente y alimentarla constantemente para que sus expresiones contribuyan a la construcción de una mejor sociedad y sistema económico.