Transcurrieron los seis años de su mandato, recuerdo perfectamente dos días muy especiales en su vida política, cuando ganó la elección presidencial el dos de julio de 2018 y su toma de posesión el 1 de diciembre de ese año, de las cuales fui testigo.
Recuerdo también su amable invitación, por el año 2017, para sumarme a su campaña presidencial. Una vez iniciada su administración seguimos cada uno nuestro destino, claro muy distinto, usted como Presidente de México y el autor de esta columna como abogado postulante.
Una de las coincidencias que compartimos con el presidente Andrés Manuel López Obrador, tiene su origen en el humanismo. Desde mi primer texto, "Manual del Poder Ciudadano. Lo que México necesita", publicado por Editorial Océano en el 2011, puntualicé la imperiosa necesidad de la formación de ciudadanos, a partir de un humanismo cívico con un nuevo pacto social. AMLO lo llevó a una vertiente más amplia: El humanismo mexicano, que es el punto distintivo de su narrativa desde que encabezó la Jefatura de Gobierno del entonces Distrito Federal.
Aún más, AMLO ha actualizado un nuevo pacto social en favor de los más necesitados, aquellos que durante años no fueron tomados en cuenta. Es decir, esta Cuarta Transformación ha sembrado dicho acuerdo -ha germinado- y lo ha hecho con la mayoría del pueblo y, por ello, su alto porcentaje de aprobación.
Así, el pacto quedó renovado, tal y como se corroboró con el triunfo histórico en las urnas el pasado 2 de junio, teniendo al frente de esta nueva etapa a la Dra. Claudia Sheinbaum Pardo.
Hoy, al término de su mandato AMLO y el movimiento del que es parte, sabe que se continuará con dicho pacto, ahora con la primera Presidenta de México. Mientras, quien en breve será el exmandatario, seguirá gozando, como indiqué, de una buena popularidad, regresará a la cancha ciudadana y dejará de ser inquilino de la casa donde también vivió el republicano Benito Juárez.
Coincidimos con algunas batallas como la de Mexicana de Aviación, cumplió su palabra dada desde la campaña, revivir la línea aérea.
Marcó su gestión con un simbolismo nacional y lo caracterizó en sus mañaneras donde enmarcaba la agenda de la política del país.
Su mandato imprimió un estilo personal, cuyo sello es que fue interlocutor con los ciudadanos, transformando las narrativas de la política y el gobierno a las que estábamos acostumbrados. Y es que, a lo largo de sus años en la vida pública, todos tenemos una historia que contar de AMLO, cada quien desde su perspectiva.
El final de su mandato se caracterizó por llevar sus últimas reformas a la Constitución, agitando los vientos políticos.
Comparto como otros esta premisa, si le va bien al Presidente, le va bien a México, así que deseo que le vaya muy bien a la Presidenta la doctora Sheinbaum y, por ello, a México.
*Abogado y activista, maestro en Ciencias Penales. Autor del libro "El ciudadano republicano y la cuarta transformación".