Una de las peticiones que hace semanas hicieron y siguen haciendo los transportistas mexicanos al hacer el bloqueo de carreteras es que se prohíba la circulación de vehículos dobles, es decir tráileres que arrastran dos remolques.
Este hecho me hizo pensar en que cuando viajo por carretera, me encuentro con cierta frecuencia un letrero en la parte trasera de los tráileres que dice: Cuidado: doble semirremolque.
No tengo dificultad en entender la palabra doble, pues veo que se trata de dos veces uno, es decir, que el dicho vehículo trae dos elementos.
Tampoco me problematizo a la hora de entender la palabra remolque, pues sé que se trata de un vehículo sin motor que es arrastrado por otro.
Lo difícil es entender la palabra semirremolque, pues al parecer se trata de la mitad de un remolque, ya que el sufijo semi proviene de la palabra griega hemi, que significa la mitad, pero por eufonía le añadimos la ese y ya tenemos el prefijo completo semi.
Pero lo más difícil es entender que haya un doble semirremolque, pues al haber dos mitades de remolque, se puede creer que resulta un remolque, completo, pero a final de cuentas uno solo.
Sin embargo, cuando trato de rebasar al vehículo, veo que son dos los remolques que trae, por lo que advierten a los automovilistas que tengamos cuidado a la hora de rebasar, no vaya a ser que calculemos mal la longitud del móvil y nos encontremos con otro carro en sentido contrario.
Estamos, entonces, frente a una expresión extraña y no muy entendible.
Pero luego consulto el Reglamento Federal de Tránsito, y me encuentro con que esta legislación define al remolque como vehículo sin motor propio y con al menos dos ejes: delantero y trasero. En cambio, el semirremolque es un vehículo sin motor propio y que tiene solamente eje trasero, porque se cuelga, por la parte delantera, del vehículo motorizado que lo arrastra, o bien, de otro remolque o semirremolque.
Entonces, si leemos el anuncio y pensamos en las reglas del lenguaje y la lógica, vemos que al parecer quien escribió cometió un error, pues cualquiera puede entender que dos mitades equivalen a un entero, según lo explicamos en los primeros párrafos de este texto. Pero si el autor del letrero tomó como referencia el Reglamento de Tránsito Federal, entonces hizo un rótulo muy correcto, pues nos advierte que el vehículo que tenemos frente a nosotros es muy largo porque arrastra dos elementos con un eje cada uno, y que ambos son arrastrados a su vez por un tercero que sí tiene motor, y si lo queremos rebasar, debemos tener cuidado.
En este caso, se trata de un rótulo bien hecho, porque toma en cuenta los conceptos que explica el reglamento de marras.
Extraño caso el presente, pero interesante porque lo que aparentemente es ilógico, se entiende como razonable luego de que nos enteramos de las definiciones incluidas en la ley. No se trata de dos proposiciones contradictorias, una proveniente de la lógica y otra que procede de la legislación, sino más bien es el ajuste de conceptos una vez que hemos entendido el esclarecimiento que nos proporciona el reglamento.
Es necesario recurrir constantemente al sentido común para decir bien las cosas, y también para entenderlas mediante una razonable explicación.