Quise que pasaran unos días antes de escribir sobre el "septiembre negro de los mexicanos". El día diez del mes y año, se concretó la mayor violación a los derechos humanos y se aprobó una reforma al Poder Judicial que, a todas luces, representa el establecimiento de una dictadura; no igual a las del siglo pasado: peor, cuando se hizo desvergonzadamente ante el repudio de la opinión mundial. El grito triunfalista se dio el 16 de septiembre.
Recuerdo aquellas escenas que nos divertían, cuando el chapulín colorado, personaje inolvidable, saltaba para defender la justicia con su "chipote chillón" en mano; defendía al agraviado con aquello de "no contaban con mi astucia". Entonces festejábamos que el bien triunfaba sobre el mal, lejano a nuestra actual realidad. ¿Ahora quién nos salvará del populismo comunista?
No pienso que la opinión del 36% de votantes sirva para interpretar la vocación de una nación. Existimos alrededor de 128 millones de mexicanos y la mayoría no fuimos considerados, siendo arrastrados hacia el populismo/comunismo destructor.
Los más viejos recordamos las injusticias y abusos de los "hijos de la revolución", aquellos diputados y senadores que, intocables, abusaban del poder y me viene a la memoria la película de Germán Valdés "Tin-Tan", que en su "Rey del Barrio" inmortalizó aquella abusiva realidad, que combatía un simple peluquero de barrio. Hoy, no aparece un líder social de tal envergadura y sí muchos traidores.
Es evidente que en este México nuestro, continúan dándose las incredulidades que Salvador Dalí, -durante su visita- definió como "surrealismo mexicano", que superaba lo expresado en sus lienzos, rebasando toda ficción y dejando mucha tela de donde cortar a los nuevos escritores de novelas políticas y narcotráfico. ¿Podrán superar la realidad?
Sin moralidad acomodan la ley y suman diputados -votos- a su ilegalidad. Si eso le suena inaceptable, ¿cómo es posible que se salgan con la suya y logren sus aviesos propósitos? Abusando.
¿Cómo existen personajes en la politiquería nacional que no tengan empacho en acatar públicamente las órdenes surrealistas del caprichoso?
¿Cómo enfrentarán el juicio de la historia y, con sus nombres grabados en los libros de texto, quede impresa su debilidad humana, para vergüenza de sus descendientes?
¿La voracidad será tan grande como para aceptar la mayor vejación que se le puede hacer al ser humano: la humillación y el sometimiento renunciando a la propia dignidad? Personajes deleznables.
Nuestros descendientes intentarán imaginar, sin entender, como un senador pudo vender su integridad y dignidad a cambio de lograr impunidad ante la corrupción de él y sus familiares. ¿Qué respuesta tendrán nietos y bisnietos al escarnio público con el señalamiento social por su vil antecesor?
Yo aprendí en las historias enseñadas en las escuelas sobre el narcisismo de Nerón, que incendió a Roma; la malicia de Adolfo Hitler, que para saciar su sed de venganza asesinó a miles de judíos y otros inocentes. Todas esas narraciones de la historia tienen un nuevo personaje que logró corromper a millones de ciegos seguidores.
También temo imaginar que algún estudioso, investigando en nuestra historia, nos defina como la generación mexicana que sometida aceptamos nuestra realidad y permitimos que unos cuantos inútiles nos avasallaran; lo peor, nos empobrecieran a todos, más a quienes tienen menos.
Recuerde que fuimos negligentes cuando nos advirtieron que el candidato nos llevaría al comunismo. -¡No es posible!, pensamos y respondimos: -¡no va a ganar!, asegurando confiados y volviendo la cara hacia nuestro confort.
Cuando logró convencer a 36% de los votantes, nos sorprendimos y encontramos la justificación en el dinero que recibieron. No reconocimos nuestra falta de solidaridad y subsidiaridad y continuamos políticamente apáticos.
Con el discurso del presidente electo, con todo y el espectáculo montado que incluyó barridas humeantes contra los malos deseos, nos pusimos a contar chistes burlándonos de su ridiculez.
Dicen que: "cada pueblo tiene los gobernantes que merece" y me duele reconocer que se acomoda nuestro caso nacional.
Ahora, es nuestra la realidad: se ha apoderado de los tres poderes de la nación y tiene a su lado al ejército para ejercer la fuerza, de ser necesario.
El trabajo será más de arduo si deseamos rehacer el camino que habíamos iniciado hace cosa de cien años hacía la democracia.
Ahora, los mensajes en los medios digitales se orientan a repudiar, criticar, denunciar la realidad y, como buenos mexicanos, hasta hacer chistes que festejamos.
Pareciera que volveremos a digerir el nuevo abuso a nuestros derechos y que aún no alcanzamos a dimensionar el México que dejaremos a hijos y nietos. ¿Irresponsables?
Lo invito a que reflexionemos sobre nuestra actitud hacia la vida nacional y que, si Usted no es de los agraciados con el populismo impuesto por MORENA, se decida a ser proactivo y participativo en la defensa de la libertad. ¿Cómo ve, le seguimos?