El día de antier por la mañana en el momento que el presidente Andrés Manuel López Obrador se encontraba dictando su conferencia mañanera, los estudiantes de la normal rural de Ayotzinapa y padres de familia de los 43 jóvenes desaparecidos hace casi una década en Iguala, Guerrero, llegaron a derribar una puerta de Palacio Nacional, lo cual fue calificada por el propio mandatario como "un vulgar acto de provocación". López Obrador ha acusado la intromisión de conservadores, grupos de derecha, opositores y hasta organismos internacionales en críticas que le exigen una reunión con los demandantes y resolver el paradero de los normalistas. "Nuestros adversarios están desesperados y están recurriendo a la guerra sucia y a actos como el de ayer", ha lanzado en su conferencia matutina de este jueves desde Tamaulipas.
La puerta de Palacio Nacional fue destrozada con una camioneta de la Comisión Federal de Electricidad. El objetivo fue presionar para sostener una reunión que ha esquivado por meses el presidente mexicano y avanzar en la investigación. Los manifestantes consiguieron como respuesta del mandatario su desconfianza sobre la legitimidad de su protesta. "Es muy justa la demanda de los padres, pero ya se han montado en este lamentable asunto grupos de derecha, conservadores e incluso partidos que están en contra de la transformación, hasta organismos internacionales, supuestamente defensores de derechos humanos", atizó López Obrador.
"En un cóctel de provocadores que están en contra de la transformación, por eso no vamos a caer en ninguna provocación", ha insistido el presidente mexicano. Cuestionado sobre el amago de los padres de familia de radicalizar las protestas si no logran una audiencia con él, Andrés Manuel ha condicionado el encuentro a que no haya intermediarios. "Claro que habrá diálogo, pero necesitamos ponernos de acuerdo con los padres, no me dan confianza los intermediarios" dijo el presidente mexicano tras advertir que hay "mano negra" en las manifestaciones.
Como parte de los cuestionamientos de la prensa, se le ha preguntado si considera que detrás está la intervención del Partido Revolucionario Institucional (PRI). El mandatario ha dicho que no hay interés en que se conozca la verdad y ha dado un recuento del caso, iniciando por la llamada verdad histórica de la entonces Procuraduría General de la República, a cargo del hoy preso, Jesús Murillo Karam. Resolución que establece que los jóvenes fueron quemados en el basurero de Cocula y sus restos arrojados al río San Juan. Hipótesis que anuló el Gobierno de López Obrador en agosto de 2022.
"El bloque conservador en general y las organizaciones. No debe de olvidarse que la Organización interamericana de Derechos Humanos, pertenece a la Organización de los Estados Americanos, a donde van a quejarse en contra de nosotros los dirigentes del bloque conservador", refirió. También ha puesto en tela de juicio la procedencia de los manifestantes que irrumpieron en la residencia presidencial. Ha sugerido la posibilidad de que hayan sido contratados. "Si es que están participando los jóvenes de Ayotzinapa, todavía está por verse si son de ahí. En una de esas son gente que reclutan para llevar a cabo estas acciones, mercenarios, porros. Pero si fuesen los jóvenes de Ayotzinapa les diría que eso no es revolucionario, eso es contrarrevolucionario, es actuar como contras a favor de los conservadores. Que no se dejen manipular, si es que son estudiantes, ya lo vamos a saber".
El presidente dedicó buena parte de su conferencia a responder sobre el tema. Entre las dudas que dijo tener sobre la legitimidad de la protesta, refirió que le llamó la atención que en el plantón había inicialmente dos autobuses y el martes llegaron seis más. También se dijo extrañado que algunos jóvenes calzaran tenis nuevos "¿Quién pompo?", cuestionó. De paso ha dicho que este tipo de manifestaciones son similares a las organizadas por el PRI en la montaña de Guerrero en donde hay agresiones a su movimiento.
Toda esta historia de la destrucción de una puerta de Palacio primero que nada debe generar preocupación. Fue un hecho vandálico que en apariencia evidenció que el presidente de la República puede quedar expuesto ante una cargada de algún grupo revoltoso, lo cual es gravísimo. El jefe del Estado Mexicano y presidente de la nación mexicana no debe nunca correr un riesgo a su integridad, su investidura así lo demanda.
Una vez precisado ello, lo que no puede dejar de observarse es que toda la carga de críticas que el mismo presidente López Obrador ha descargado sobre este acto en concreto. Intentar culpar a sus adversarios, a los conservadores, de quizá ellos estar detrás de este sainete es de risa loca. Porque suponiendo sin conceder que así hubiera sido, ¿por qué le irrita a don Andrés Manuel este tipo de protestas si son los que él siempre práctico cuando estaba en la oposición?
Que fortuna que el hecho no pasó a mayores, reprobable a todas luces el proceder de los quejosos al romper la puerta de la manera que lo hicieron, pero utilizar los argumentos de crítica que usó el primer mandatario, es algo así como el argüiría un cazador cazado.