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Bangladesh

Julio Faesler

El nombramiento de Mohamed Yunus como presidente interino de Bangladesh marca el fin de la corrupta dictadura de Sheik Hasani y se abre una nueva posibilidad de resolver los problemas de desarrollo de uno de los países más pobres del mundo.

Los primeros asentamientos humanos de ese país datan de más de cuatro mil años. La historia moderna de Bangladesh arranca en la partición de la India en 1948 y la creación de Pakistán en dos grandes segmentos separados entre sí por 1,600 kilómetros. La parte Oriental devenida en Bangladesh, situado en el estuario delta del Ganges, que sufre de periódicas inundaciones, en su territorio de 150,000 kilómetros cuadrados, con 170 millones de habitantes, y ocupa el octavo lugar en el mundo, de los países más pobres.

Bangladesh logró su independencia de Pakistán en 1971. Desde entonces ha sufrido numerosas inquietudes políticas y frecuentes golpes de estado, el último de los cuales fue hace 4 días en que cayó la primera ministra Sheik Hasani, cabeza de una de las dinastías políticas más poderosas de toda Asia, quien gobernó los últimos 15 años. Hasani renunció el pasado lunes y huyó hacia la vecina India en un helicóptero militar. La dimisión de la mandataria se produjo como consecuencia del levantamiento popular que estalló en julio pasado y que ha sido protagonizada en su mayoría por jóvenes estudiantes, que exigían la derogación de una ley que fijaba cuotas para asignar empleos en la Administración Pública. Las manifestaciones fueron duramente reprimidas por las autoridades policiales, dejando al menos 300 muertos, de los cuales 90 se registraron el domingo pasado.

El martes el Parlamento nombró como primer ministro interino al doctor Yunus, académico acreditado con antecedentes académicos y empresariales, mundialmente reconocido por fundar el sistema Grameen de bancos de microcréditos otorgados a emprendedores que no eran sujetos de crédito, o sea, los pobres, hombres y mujeres, sin educación y sin empleo, aquellos que son demasiado pobres para calificar a un crédito en un banco tradicional. Extendido este sistema a nivel mundial, en 2006 le fue otorgado el Premio Nóbel de la Paz por sus esfuerzos para incentivar el desarrollo social y económico desde abajo".

El Banco Grameen organiza a los prestatarios en grupos de cinco donde cada miembro es responsable del reembolso de los préstamos tomados por los demás miembros. Se fomenta así la confianza y la responsabilidad y se reduce el riesgo de incumplimientos.

?Ya para julio de 2007, el Banco Grameen había otorgado $6.380 billones de dólares a 7.4 millones de personas. Su éxito ha inspirado proyectos similares en más de 40 países del mundo, incluyendo una iniciativa del Banco Mundial para financiar esquemas que siguieran la estructura del Banco Grameen.

En 2019 el doctor Yunus que para entonces había otorgado más de 50 millones de microcréditos, visitó la UNAM y llamó a los jóvenes a desarrollar negocios que tengan como meta resolver los problemas reales y no solo generar ganancias económicas. Aseguró que "esto es un negocio, pero hay negocios egoístas, éste es altruista, donde el centro está en la resolución de problemas y no en las ganancias económicas para el que presta."

El Dr. Yunus ha fundado centros de negocios y también incubadoras en diversas ciudades de nuestro país. En la Facultad de Contaduría de la UNAM se creó una escuela que genera iniciativas empresariales innovadoras.

El turbulento caos que el golpe de Estado que hace tres días terminó un capítulo funesto en la vida de Bangladesh, gracias a la presión estudiantil, se generó un cambio sustantivo que seguramente enderezará el destino de ese país. Ante los retos que lo acechan, la solución de los microcréditos cuyo uso se extiende por todo el mundo, anuncia los cambios previsibles en la manera de realizar el desarrollo económico y social de todos los países.

La necesidad de aprender de la experiencia de esta modalidad ampliamente experimentada, se hace urgente aplicarla y que genera producción real y no sólo utilidades financieras para arraigar el bienestar social en nuestro país. Son tiempos más que de reformas jurídicas, para realizar la reforma mental en el empresariado que necesita modernizar sus esquemas que respondan a las verdaderas necesidades de un mundo en crecimiento.

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