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Avanza el nuevo paradigma del agua del Estado de México

Julio César Ramírez

El 10 de abril, fecha que recuerda el asesinato de Emiliano Zapata, pasaron de manos privadas a públicas las macroplantas tratadoras de aguas residuales Toluca Norte y Oriente del Estado de México, acción que busca profundizar la transformación con reingeniería hídrica y modernización de punta para que las aguas residuales sean tratadas, saneadas y regeneradas a fin de que se garantice la disponibilidad y el suministro a la población y se evite la grave contaminación. Un paso vital, no aislado. El modelo del Nuevo Paradigma del Agua del Estado de México, tiene un enfoque ecosistémico de cuenca y de derechos humanos, que busca recuperar el equilibrio entre la disponibilidad y la demanda de agua para los diferentes usos priorizando el consumo humano y ecológico, revalorizando el espacio rural, vital para la recarga de flujos subterráneos, así como la corresponsabilidad ciudadana en su gestión, considerando la cosmovisión y los derechos de los pueblos originarios.

Este nuevo modelo de gestión del agua marca el inicio de la transición del Estado de México hacia la neutralidad del carbono, al priorizar la eficiencia en el uso del agua y promover su conservación, reduciendo indirectamente la dependencia de los combustibles fósiles, disminuyendo a su vez la emisión de Gases de Efecto Invernadero.

Además, al buscar fuentes renovables de agua y evitar la afectación de otras cuencas, se protegen y restauran los ecosistemas naturales, que juegan un papel crucial en la captura de carbono.

De esta manera, cada acción es un paso hacia el logro de un estado de carbono neutral, sabiendo la urgencia de actuar ante el cambio climático y de avanzar hacia un futuro más sostenible.

En décadas, la demanda de agua en el Estado de México se incrementó de manera insostenible, a la vez que se tuvo una mala gestión de este recurso para las diversas actividades humanas, a través de un inadecuado tratamiento, un uso agrícola ineficiente, mala disposición final o reúso, y el cambio en los patrones de recarga de agua subterránea y retención de humedad en la capa forestal.

Lo anterior ha comprometido la disponibilidad de agua para las y los mexiquenses, tanto en calidad como en cantidad. De igual manera, ha contribuido a incrementar la emisión de Gases de Efecto Invernadero, acentuando los efectos del cambio climático.

Si bien el Estado de México posee el 1.05% del agua dulce total disponible en el país, equivalente a 4 mil 786 hectómetros cúbicos de agua renovable, el paradigma extractivo, lucrativo y no sostenible en la gestión del agua, adoptado a lo largo del siglo pasado y hasta 2023, llevó a que la disponibilidad de este líquido vital en el estado sea de 268 metros cúbicos por habitante al año, mientras que la media nacional es de 549 metros cúbicos por habitante al año, lo que posiciona al estado en penúltimo lugar nacional, únicamente superado por la Ciudad de México con 73 metros cúbicos por habitante al año.

Del 16 de septiembre de 2023 a lo que va de abril, múltiples acciones de la Secretaría del Agua enfrentan los desafíos del nuevo paradigma.

El 2 de febrero, bajo el nuevo modelo, el gobierno mexiquense anunció el Plan de Recuperación de Humedales, con el que se pretende atender la escasez de agua en el Valle de Toluca mediante la restauración, regeneración y renaturalización de las ciénegas en el parque Sierra Morelos y la Alameda 2000, así como en el Parque Ambiental Bicentenario, en Metepec, y el lago Zamarrero, en Zinacantepec.

Aunque este plan es de mediano y largo plazo, es el mecanismo más efectivo para recuperar los cuerpos de agua que se han deteriorado y hasta perdido en los últimos años, producto del descuido y del cambio climático.

En esa ocasión se habló de un nuevo paradigma de aprovechamiento de agua, en el que la reutilización y regeneración del líquido tenga un costo inferior a los de tratamiento actuales, para disminuir la dependencia de agua obtenida por lluvias, extracción de ríos y mantos acuíferos subterráneos.

El objetivo del nuevo paradigma es garantizar el derecho humano al agua, en forma sustentable, suficiente, salubre y asequible, así como preservar el equilibrio hidrológico.

Las estrategias consisten en aumentar la oferta de agua e impulsar alternativas para las localidades sin abastecimiento de agua segura; implementar obras de saneamiento así como fomentar el reúso y el intercambio de agua de primer uso por agua residual tratada; aprovechar el agua pluvial y fortalecer la resiliencia de las comunidades ante el cambio climático.

Asimismo, implementar planes de gestión integral del recurso hídrico para la recuperación de las cuencas; fortalecer la normatividad vinculada al derecho al agua, los Consejos de Cuenca y la coordinación interestatal; e implementar programas de concientización y capacitación desde la perspectiva de un Nuevo Modelo de Gestión del Agua para su aprovechamiento racional y sustentable.

Atención.

@kardenche

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