Atrapado en los 70's
Hace poco más de un año y medio, mi amigo Eduardo Sepúlveda, el “Dihablo”, entonces colaborador de esta casa editora, y un servidor, tuvimos una discusión en torno a la música, rock por lo general, pasión que ambos compartíamos, pero cada quien en su subgénero y su época; él defendía su argumento de que la música actual es de la misma o mejor calidad que la de los años 60s y 70s, mientras que yo difería y alegaba que jamás volvería a existir un movimiento creativo como el rock de aquella época, y que incluso el rock actual es resultado de aquella explosión original.
Entonces mi amigo, para terminar con el debate, me remató diciendo: “te quedaste ATRAPADO EN LOS SETENTA”, lo cual asumí desde entonces y reafirmo ahora con esta columna que dedico a su memoria. Ojalá esté dónde esté, la lea con gusto.
Las personas que rondan los sesenta años, que gustan del rock y vivieron aquellas décadas, y yo, tenemos algo en común: vemos con tristeza, cómo poco a poco se van apagando nuestros héroes, que sí, ya la mayoría se fueron y los que quedan vivos ya andan en sus ochenta años.
Roger Daltrey y Pete Townshend cantaron en su juventud la frase: “espero morir antes de envejecer”; Paul McCartney cantó toda una oda a la vejez con: “Cuando tenga 64”, y ellos, junto con Jagger, Richards, Ringo, Stewart, Plant, Dylan, Clapton, son algunos de los “viejitos” que sobreviven, y siguen activos, regalándonos lo que les queda de su calidad. Pero, ¿dónde están los sucesores de aquel movimiento? ¿Dónde están los grandes grupos de rock que dominarán la escena y tomarán la estafeta? Lamentablemente, no existen.
Los tiempos cambian y ahora la música comercial es desechable, es decadente, intrascendente. Los que nos quedamos atrapados en los setenta, seguimos escuchando y disfrutando esa música que sigue vigente y que no se hace viejita, se oye igual de fresca y con la tecnología actual en las versiones remasterizadas descubrimos la calidad con nuevos sonidos, como si el grupo estuviera tocando en vivo.
Nosotros, en la Comarca Lagunera, teníamos que escucharlos primero en la radio de amplitud modulada, en estaciones como “Radio Éxitos”, “La Pantera”, “La Divertida”, “Radio Mayrán”, para después de ahorrar un dinerito, comprarnos el sencillo de 45 revoluciones por minuto o ya si éramos superfans comprar el long play de 33 revoluciones; la radio era la única forma de estar al tanto de las novedades o las tendencias mundiales. Otra forma de poder escuchar nuestras canciones favoritas era grabarlas en un cassette de cinta magnética, pero con muy pobre calidad de sonido.
Los tiempos cambian, las formas de conseguir y escuchar música eran muy diferentes a cómo lo son en la actualidad, y quienes vivimos esa época lo sabemos.
Qué gusto me da escuchar esas clásicas canciones de rock en los soundtracks de muchas películas actuales y que los jóvenes descubran y sepan que algún día, en alguna época, hubo buena música.
En la Comarca Lagunera hay un nicho desatendido para gente madura y de buen gusto musical que está ávida de escenarios radiofónicos y establecimientos que promuevan la nostalgia. Hay que atender ese vacío. Contacto: [email protected]