Entre gritos de júbilo y suspiros de tristeza, cada que el sol y la luna salían y entraban a las nubes, vivieron los saltillenses el punto máximo del eclipse, en el cual el cielo se oscureció en un 96.3 por ciento, y a pesar de ser medio día se convirtió en atardecer.
En promedio, en la Facultad de Ciencias Físico Matemáticas (FCFM) de la Universidad Autónoma de Coahuila (UAdeC) se concentraron casi 800 personas que comenzaron a llegar desde las 8:00 de la mañana, primero en busca de lentes y después para quedarse a observar el fenómeno.
Alrededor de las 10 inició la fila en cada uno de los cuatro telescopios y cerca de los tendederos en donde se habían colocado visores.
El sitio se convirtió en una fiesta científica, niños, jóvenes, adultos y personas mayores presenciaron el fenómeno astronómico entre fotografías y expresiones de emoción.
En el Campus estuvieron funcionarios y maestros de la Universidad Autónoma de Coahuila, así como el rector, Octavio Pimentel González, quien expuso que la actividad forma parte de las acciones de apertura para la divulgación de la ciencia.
A las 11:30 había gente de todas las edades, algunas sentadas en las mesas de campo de madera que acercaron para la ocasión; otras en el piso o en el jardín, bajo las copas de los árboles; algunas más de pie, cerca de los tendederos; otras miraban por su cuenta con lentes propios y una más esperaban ver a través de los telescopios.
A las 12.22 en punto, el cielo dibujó una delgada línea curva parecida a una brillante sonrisa color naranja, pero muy, muy, fina y que duró aproximadamente un minuto para luego meterse en medio de una nube.
Los espectadores, con la cabeza hacia arriba y las gafas especiales, buscaban algún claro para observar; cuando por fin salió un grito de júbilo se escuchó en la Facultad y después de aproximadamente 40 segundos uno de tristeza porque nuevamente desapareció.
Entre emociones y sobresaltos, los saltillenses pudieron disfrutar la fiesta de la naturaleza que volverá a repetirse en Coahuila dentro de más de 300 años.
