Corresponsable, con García LunaGenaro busca involucrar a AMLOExcitar ánimos estadunidenses
La sentencia que hoy deberá emitir un juez en Nueva York para definir los años de cárcel que habrá de compurgar Genaro García Luna en Estados Unidos es, también, una sentencia cuando menos histórica y política a Felipe Calderón Hinojosa, su administración fraudulenta y al cada vez más reducido grupo político que le acompaña (en el que destaca Margarita Zavala Gómez del Campo).
Escabullido de México para no enfrentar preguntas y señalamientos sobre su corresponsabilidad en las andanzas de García Luna, declaradas criminales por un jurado del vecino país, Calderón Hinojosa vive a salto de mata "académica", dando conferencias y participando en foros en algunos países (no en Estados Unidos), cobijado en Madrid por el ultraderechista Instituto Atlántico de Gobierno, dirigido por José María Aznar, expresidente de España, con personajes en su Consejo Consultivo como el escritor Mario Vargas Llosa y expresidentes conservadores de Latinoamérica, entre ellos el citado Calderón (https://iadg.org/carta-del-presidente/).
Pretendiendo guarecerse en la ambigüedad respecto a quien le acompañó el sexenio completo como máximo jefe policiaco, según eso ignorante de lo que hacía quien hoy será sentenciado en Estados Unidos (que no en México), Calderón ha intentado en días recientes una fuga hacia adelante, al reactivar sus ínfulas de fanfarronería bajo el argumento, casi metralleta en mano, de que él sí fue capaz de enfrentar al crimen organizado, lo cual, a juicio de este tecleador, desató la espiral de violencia salvaje que desde entonces se vive en México.
Calderón o, más extensamente, el calderonismo, son las únicos actores de poder hasta ahora culpabilizados de complicidad con el crimen organizado; el expanista michoacano de manera indirecta pero inequívoca, pues terrible sería que hubiera sabido lo que sucedía en su administración fundacionalmente funeraria, pero aún peor que lo ignorara, pues habría sido un gritoncito con casaca militar de talla impropia que habría llevado al país a un baño de sangre bajo "engaño" de su secretario, tan evidentemente proclive a lo criminal.
Por cierto, ayer en una carta manuscrita, dirigida al juez que lleva su causa y difundida en medios, García Luna hizo una amplia exposición positiva de él mismo, su familia y sus convicciones, con el propósito de conseguir la mínima sanción por parte del juez que lleva su caso. Y hoy, antes de que se emita la sentencia en su contra, habrá de leer tal texto o uno diferente o improvisar, autorizado para usar traje y corbata y no la vestimenta de reo.
En la carta hecha circular ayer, García Luna presta un servicio más a la causa calderonista, pripanista y conservadora, al tratar de implicar en su estruendoso caso al "presidente" López Obrador (así lo menciona, sin el "ex", acaso al estilo gringo de nombrar a tales funcionarios): "mi país está sufriendo una gran convulsión, por orden del actual presidente de México se acabó de desmantelar el Poder Judicial del país… su busca encarcelar a los que combatimos a sus aliados políticos vinculados con el narcotráfico, México está entrando en una etapa muy peligrosa, alejándose de la democracia y cuestionando libertades individuales".
Así como en su momento se dijo que la bala que había asesinado a Luis Donaldo Colosio Murrieta había acabado con la carrera política de primer nivel de Manuel Camacho Solís (quien siguió ocupando cargos, pero ya nada comparable a la relevancia anterior a Lomas Taurinas), la sentencia que sella la complicidad de García Luna con el crimen organizado lo hace con Calderón y el calderonismo-zavalismo, de por sí ya de capa caída.
Y, mientras la apuesta actual del movimiento contra la reforma constitucional en materia judicial reside en excitar el ánimo estadunidense para que sean retiradas o no se hagan más inversiones en México y que se activen exigencias sobre "estado de derecho" y "división de poderes", en el marco del tratado norteamericano de libre comercio, ¡hasta mañana!