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La grandeza de Enriqueta Ochoa

ADRIANA VARGAS

Enriqueta Ochoa es la poeta más trascendente que ha surgido de Coahuila. Originaria de Torreón, su vida es la de una escritora que desde muy joven salió de su tierra, de donde no siempre fue aceptada por sus ideas revolucionarias en la poesía.

Este mes el Ayuntamiento de Torreón ha lanzado la convocatoria del Concurso Nacional de Poesía Enriqueta Ochoa 2024, en el que podrán participar autores y autoras con un poemario inédito, con fecha límite hasta el 01 de septiembre. El monto del premio es de cien mil pesos. 

Este concurso existe desde 1994 y es un acierto que hasta la fecha continúe, es el único premio literario vigente que ha surgido en nuestra ciudad y no debería de desaparecer. Así como tampoco el apoyo a la producción y al desarrollo del oficio literario, que, de eso ya hablaremos en otra columna.

Es un honor para quienes admiramos la poesía de Enriqueta Ochoa, saber que escritores de todo el país se inspiren en su nombre para participar en un concurso. Algunos de los elementos presentes en su obra son: la búsqueda de lo sagrado, una profunda conciencia de lo femenino, una relación con lo divino y un encuentro a veces doloroso con los lugares más frágiles de la condición humana.

En una ocasión me invitaron a dar una chara sobre la autora coahuilense. Les pedí a los asistentes que recordaran ¿qué estaban haciendo a sus 22 años? A esa edad, Enriqueta publicó el poemario ‘Las urgencias de un Dios’. Les dije que trataran de imaginar a una jovencita de Torreón, en los años cincuenta, provocando la reacción y descontento del clero y la sociedad conservadora de la Comarca Lagunera.

Los sacerdotes pedían que sus libros fueran quedamos. A esa edad, la poeta provocó una revuelta que la llevó lejos de aquí. Sin embargo, siempre fue bien recibida en otros lugares por su grandeza poética. Así fue en Xalapa, en Toluca, en la Ciudad de México y en el extranjero. Su obra forma parte del acervo de la Librería de la Universidad de Stanford.

En México recibió la medalla de oro de Bellas Artes en el 2008, poco antes de su muerte, y su nombre fue inscrito en oro en el Muro de Honor del Salón de Sesiones del Congreso de Coahuila, en 2014. 

No obstante, aún falta difundir mucho más su obra, no solo con un concurso literario que lleva su nombre, es posible que la poesía Enriqueta Ochoa sea más leída en otras ciudades de México y hasta del extranjero, como suele ocurrir con mucho del talento artístico de nuestra región y nuestro estado.

Bastan unas líneas para empaparse de su sentir tan nostálgico en el poema ‘Marianne’: Perdona este reniego pasajero / al no encontrar mi ubicación precisa/ y pasarme el insomnio acodada en la ventana / cuando la lluvia cae…

X: @Lavargasadri

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