Columnas Social columnas editoriales SOCIALES

COLUMNAS

Vibremos positivo

Cambiemos el significado del miedo a lo desconocido

LUCY HOP.-

A partir de hoy quiero ver, y que ustedes vean también conmigo, al miedo como una motivación que nos haga buscar nuevas emociones y acercarnos al valor y no lo contrario. En la columna de hoy, me gustaría reflexionar sobre el miedo. Mucho se dice de él, que es mental, algo inherente a nuestra condición humana en un mundo lleno de peligros, un mecanismo de defensa y considerado una barrera que nos impide ver y vivir más allá de nuestra zona de confort.

Muchas personas no se aventuran a hacer cosas diferentes por miedo, dudan porque piensan que es demasiado tarde o riesgoso o prefieren la comodidad y seguridad de sus hogares y rutina.

Hoy después de 44 años de vida, muchas caídas, tropiezos, errores, pero también infinidad de logros y aciertos que me han llevado a ser quien soy y a triunfar en cada uno de los aspectos de mi vida, puedo testificar que cuando uno se lanza a hacer algo que no había hecho por miedo, lo más seguro es que volteé atrás y diga: "Qué idiota que no lo había hecho antes". Y es que la mayoría de las veces estamos a sólo una decisión o a un paso para cambiar el curso de un día normal: porque las grandes cosas ocurren cuando hacemos del miedo nuestro aliado y lo volvemos un medio o un impulso para vivir experiencias inimaginables.

Sin embargo, la mayoría de la gente ve todo aquello que no conoce como un oscuro rincón de su mente, el lugar en el que yace un sentimiento que muchas veces nos paraliza y que no es otra cosa más que miedo a lo desconocido. Este temor ancestral, arraigado en la psique humana, se manifiesta de diversas formas, creando una paradoja entre la curiosidad innata y la aprehensión ante lo que yace más allá de nuestros límites conocidos.

La incertidumbre se proyecta sobre nuestras decisiones, provocando sudores fríos y acelerando el pulso. ¿Qué es lo que nos inquieta tanto de lo desconocido? ¿Es acaso la ausencia de control, la imposibilidad de prever lo que está por venir, o es simplemente el misterio en sí mismo lo que nos perturba?

Desde la infancia, nos enseñan a temer a lo que no comprendemos, a mantenernos alejados de lo que escapa a la norma establecida. Sin embargo, el mismo impulso que nos lleva a rechazar lo desconocido es el que nos impulsa a explorarlo. Es una dualidad intrigante que define la experiencia humana: el deseo de descubrimiento frente a la aversión al riesgo.

Históricamente, la humanidad ha avanzado gracias a aquellos valientes que desafiaron el miedo y se aventuraron más allá de los límites conocidos. Desde exploradores que se lanzaron a los océanos en busca de nuevas tierras hasta científicos que desentrañaron los secretos del cosmos, el miedo a lo desconocido ha sido el catalizador de grandes logros.

En un mundo contemporáneo, donde la información fluye como un río interminable, el miedo a lo desconocido se manifiesta de maneras nuevas y complejas. La velocidad del cambio tecnológico y la globalización nos enfrentan constantemente a lo nuevo y desconocido, desafiando nuestra capacidad para adaptarnos y comprender.

Aunque el miedo a lo desconocido es parte integral de la experiencia humana, también es un recordatorio de nuestra resiliencia y capacidad para evolucionar. Al confrontar nuestros miedos, abrimos la puerta a la posibilidad de descubrimientos asombrosos y crecimiento personal. En última instancia, abrazar lo desconocido es un acto valiente que nos permite expandir nuestros horizontes y enriquecer nuestras vidas.

En el tejido de la existencia humana, el miedo a lo desconocido puede ser tanto una sombra amenazadora como un faro que ilumina el camino hacia nuevas experiencias y conocimientos. En la encrucijada entre el temor y la fascinación, yace la esencia de nuestra búsqueda constante de comprender el mundo que nos rodea. Sólo tenemos que decirnos a nosotros mismos: ¿Por qué no intentarlo? Y decirnos que sí, y hacer que las cosas pasen, claro, tomando precauciones siempre.

Podemos ver el miedo como una motivación que nos hace buscar nuevas emociones y acercarnos al valor y no lo contrario. Si no tenemos miedos que vencer, estamos en un limbo de conformismo, no nos atrevemos a cruzar límites imaginarios o que nos autoimponemos. Acuérdate que un miedo superado es crecimiento, es conocernos más y alimentar las ganas de vivir y aprender.

"El valor no es la ausencia del miedo, más bien, es la opinión de que otra cosa es mucho más importante que el miedo"

Te invitamos a seguirnos en nuestras redes sociales, en Facebook como vibremospositivo, en instagram como @jorge_lpz, @vibremos_positivo2020 y @yad.rajamim, escríbenos a [email protected].

Leer más de Columnas Social

Escrito en: Vibremos positivo

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Columnas Social

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 2256161

YouTube Facebook Twitter Instagram TikTok

elsiglo.mx