Conforme el ser humano avanza por sus diferentes etapas del desarrollo, se van presentando nuevas necesidades y retos individuales. Una de las etapas más significativas es la adolescencia, la cual se considera como la transición de un individuo de la niñez a la vida adulta, en donde hay una evolución de ser un niño o una niña dependiente a ser un adulto autosuficiente. De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (2017) la adolescencia se da entre los 10 y los 19 años de edad, aunque es difícil decir con precisión cuando se termina esta etapa.
En la adolescencia se presentan las transformaciones más importantes en el desarrollo del ser humano, dándose grandes cambios a nivel físico, emocional y social. Éstos a su vez van desencadenando cambios psicológicos en donde el autoconcepto, la autoestima, la percepción del mundo y la percepción de otras personas se modifican, generado en ellos una necesidad de ser tomados en cuenta y validados al momento de expresa sus sentimientos y sus nuevos puntos de vista.
Específicamente hablando de temas sexuales, en el adolescente se presenta la necesidad de experimentar nuevos roles y patrones de conducta, entender sobre pornografía (expresiones comportamentales de la sexualidad), homosexualidad, anti fecundación, valores, soltería, divorcio, el futuro, los errores, además de surgir el deseo de experimentar nuevas relaciones afectivas. También se presenta la búsqueda de su identidad sexual, lo que los lleva a tener de manera natural vínculos platónicos y enamoramientos con maestros, entrenadores deportivos o cualquier figura adulta, situación que definitivamente abre la posibilidad de una situación de riesgo, pues podrían aprovecharse de ellos/ellas o causarles algún tipo de daño.
Esta es una etapa en donde inicia la atracción erótica hacia otras personas, por lo que comienzan a ensayar su conducta amorosa mediante fantasías y saliendo con grupos de amigos con intenciones romántica sexuales, siendo al final de la adolescencia cuando se define de forma definitiva su heterosexualidad, homosexualidad, bisexualidad, asexualidad o pansexualidad, es decir su preferencia sexual.
Por otro lado, uno de los temas más complejos de tratar es el relacionado a las prácticas sexuales, quien según Monroy (2006) la madurez biológica y sexual surge pocos años después de iniciada la pubertad, por lo que es imprescindible ofrecer a los adolescentes ciertas alternativas que les ayuden a canalizar su impulso sexual. Además de la abstinencia sexual o coital, estas alternativas se relacionan con la práctica del "sexo seguro", es decir el auto erotismo o la masturbación, las caricias sexuales con otros o expresiones eróticas sin intercambio de fluidos corporales.
Para lograr lo anteriores es necesario educar en sexualidad, guiando y acompañando en la toma de decisiones, buscando siempre las opciones más adecuadas y saludables para ellos, evaluando ventajas y desventajas de las alternativas antes mencionadas.
En cuanto a los adultos que están a cargo de la crianza y educación de adolescentes, es necesario brindarles orientación y un trabajo personal de acompañamiento e información actualizada que les permita guiar a sus hijos amorosamente, evitando a toda costa la emisión de juicios cargadas de falsas creencias personales. Si eres padre/madre de un adolescente y has alcanzado a reconocer tus limitantes en el tema de la sexualidad, siempre estará la opción de recurrir a un especialista que te brinde un acompañamiento responsable.
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