Cuando nos adentramos en el significado del éxito, tanto a nivel personal como profesional, los aspectos culturales marcan detalles importantes en torno a la significación de dicho concepto. Desde una visión integral y holística de este término (propia de un modelo de liderazgo humanista, que sitúa en el centro a las personas, sin perder de vista las perspectivas económicas, ambientes y sociales (propias del triple balance y base del desarrollo sostenible) el éxito se podría entender como el equilibrio entre el propósito personal y profesional de cada persona teniendo presente los impactos globales generados.
Partiendo del hecho de quien dirige una empresa, realmente dirige personas, y tras una revisión de los diferentes modelos de liderazgo estudiados y analizados a lo largo de la historia, bajo la visión que Jordi Alemany recoge en su libro "Liderazgo imperfecto", se puede afirmar que la tarea de liderar es una cuestión compleja, repleta de falsos mitos, y que en los días de hoy requiere de una consolidación de los aspectos más humanos, para entender, desde la imperfección, el propio sentido y camino de mejora en esta cuestión.
Ante esta tesitura, desde la lógica y la acción podríamos afirmar que una clave para ejercer un buen liderazgo es primero conocernos a nosotros mismos, ¿quién puede influir y orientar a las personas que forman un equipo, si quien sostiene el GPS en las decisiones y actuaciones empresariales (el líder, como señala Jordi Alemany) no se conoce? Desde esta consciencia en torno a lo que somos, se abre un camino sólido de avance y mejora en torno al liderazgo.
Continuando con esta reflexión, en estos momentos, desde el ámbito empresarial es clave saber alinear nuestras actuaciones en la transformación hacia el desarrollo sostenible, consolidando el valor de la responsabilidad y la dirección en las organizaciones. Por ello, disponer las últimas y destacadas competencias digitales, que nos presenta la evolución e innovación tecnológica (vinculadas con el análisis de datos, la inteligencia artificial y big data) nos permite, además de profundizar en el entendimiento de las organizaciones, los mercados y su entorno, ser conscientes de los instrumentos que como líderes tenemos a nuestro alcance.
¿Podremos guiar e influir de forma efectiva y correcta si desconocemos las herramientas a nuestra disposición para conseguir nuestros objetivos de la forma más eficiente y eficaz? Una nueva realidad requiere una reestructuración cognitiva, y el avance tecnológico de estos últimos años crea una necesidad de aprendizaje y capacitación que nos permita adaptarnos a las exigencias e intereses de una sociedad en constante evolución.
Tras lo comentado hasta el momento, una vez puesto en marcha el camino del autoconocimiento y la actualización y capacitación que nos permitas ser consciente de los instrumentos de los que disponemos, como otra clave del liderazgo hoy en día, deberíamos analizar y cuestionar el valor de cada una de las personas que trabajan en nuestros equipos (dado que tanto estratégica como tácticamente, un elemento de vital importancia para llegar a nuestros objetivos empresariales recae directamente en las personas).
En este sentido, preguntas como ¿cuáles son los hábitos de las personas altamente eficientes?, ¿cómo gestionan su tiempo y entorno? ¿cómo diseñan sus modelos de negocio a través de la innovación en un mundo sistémico? nos permiten entender ese cambio organizacional desde dentro hacia fuera, que hace a las empresas más humanas, donde la consciencia se convierte en el sistema operativo de desempeño en un verdadero proceso de empoderamiento de equipos.
Pensemos, por lo tanto, desde este avance empresarial compartido, que cada individuo tiene capacidad de liderar y de adquirir compromisos de líder, lo cual permite potenciar una nueva visión sobre el análisis de nuestras situaciones y retos organizacionales. Si a esta característica le sumamos la diversidad que ofrece la multiculturalidad, el enriquecimiento en la búsqueda de respuestas a nuestros objetivos a nivel empresarial se vería enormemente enriquecido. Necesitamos fortalecer y consolidar la capacidad para reconocer la realidad circundante y relacionarnos con ella, más en un mercado internacional. Es clave que las empresas orienten sus fuerzas en un liderazgo que sea catalizador del cambio, para dirigir esa transformación y tener un papel activo en esta transformación global en la que estamos inmersos.
Bajo estas inquietudes y ejes claves que nos permitan ser agentes activos en estos procesos de adaptación, podríamos presentar el Programa Executive Internacional en Liderazgo y Transformación Global, elaborado entre Bureau Veritas Chile, España y México, como un ejemplo de un trabajo multicultural, cuyo objetivo es formar a líderes capaces de fomentar la consciencia de cambio y excelencia en los procesos transformativos y organizacionales, así como comprender el poder de las empresas como agentes de cambio para incrementar la rentabilidad y sostenibilidad.
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