Llevo ya un tiempo pensando en lo que creemos que es la mujer perfecta del siglo XXI. Esa mujer que trabaja en un alto puesto ejecutivo y que es financieramente independiente. También es esposa y vive en una casa de ensueño que funciona al 100, que es recatada y limpia 24/7, y que además es una mujer presente en eventos, nunca está cansada, no tiene ojeras y siempre está perfecta.
Tiene 3 hijos chiquitos y los lleva a la escuela, los recoge, los acompaña a las clases de la tarde, los baña y duerme todas las noches. Es una mujer que hace ejercicio y come saludable de acuerdo a lo que su cuerpo requiere. También es una influencer de redes sociales y es guapa, además de ser una filántropa nata. Y por si fuera poco, tiene mucho carisma por lo que es la más social de su círculo de amistades.
No logro sacar esa imagen de mi cabeza, imagen de un ser que siento lejano y que me lleva a reflexionar sobre la presión que existe hoy en todos lados por cumplir estereotipos, expectativas y vivir la vida para otros.
Las expectativas sociales crecen cada vez más, las redes sociales y la velocidad de las cosas tan instantáneas hacen que poco disfrutemos de lo que hacemos, nos cuestionamos quiénes somos y qué queremos y lo más duro es cuando te preguntas "¿mis logros son suficientes?", y es cuando nuestra realidad se ve distorsionada por nuestras inseguridades.
Hay tantos frentes abiertos de cómo ser la mujer perfecta que nuestra mente no deja de girar pensando en todo lo que hay que hacer, lograr y controlar. Pensamientos que van desde si eres mamá entonces "solo eres mamá"; si trabajas, entonces "tus hijos están solos" o "eso es porque tú no estás presente"; si no eres activa en redes, "¿cómo piensas llegar a más personas?". Así, siempre hay un "pero" o una exigencia más que cumplir, como si hubiera una descripción y manual de "mujer de siglo" que hay que palomear.
Pareciera que la mujer perfecta existe en todas las mentes en este siglo. ¿Qué pasaría si más bien esa mujer perfecta es la mujer con la suficiente confianza en sí misma como para elegir qué es lo que sí desea y qué no, cuándo sí y cuándo no? ¿Qué pasaría si valoráramos a la mamá como el trabajo más prestigioso que hay?
¿Qué pasaría si dejáramos de pensar que las mujeres que se dedican a ser mamás son mujeres de segunda? Porque no pensamos que acá cada uno decide qué hacer con su vida y con su tiempo y que ser mamá es uno de los trabajos más demandantes y estresantes que existen, pues lo que está a tu cargo son nada más y nada menos que vidas humanas; por lo que a su vez es uno de los trabajos más satisfactorios y de mayor crecimiento humano, sin embargo, sigue siendo uno de los trabajos menos valorados y más criticados y eso sin mencionar que es el trabajo peor pagado económicamente hablando. El problema comienza desde que las mujeres que deciden ser "solo" mamás, desgraciadamente se creen ellas mismas inferiores.
Y es que, hasta donde yo sé, el día sigue teniendo 24 horas y el año 365 días. Tienes tiempo suficiente para dejar de anhelar y empezar a ser, realmente ser, lo que se te de la gana, porque eso sí, el tiempo pasa, y pasa rápido, no esperes a voltear atrás y ver que se te acabo siendo infeliz y añorando ser algo que nunca fuiste porque no lo intentaste.
Esta perfecto soñar, pero es mejor elegir y seguir a tu corazón a donde sea que este te lleve. ¿Deseas ser mamá y dedicarte a tus hijos? Está bien. ¿Deseas trabajar y no ser mamá? Está bien. ¿Deseas un poco de todo? Está bien. ¿Y sabes qué también está bien? Está bien cambiar, elegir diferente, soltar y ser tú porque eso es lo que más feliz te hará.
Hoy te invito a traer al ego , a la vanidad, al perfeccionismo, a todas esas cualidades que necesita toda mujer para convertirse en la super estrella de su vida, atrae para ti toda esa luz y energía que se necesita para no pensar en nadie más que no seas tu y para no pensar en otra cosa que no sea tu realización y tu felicidad la tuya antes que la de nadie más, una vez que lo logres te convertirás en tu mejor versión y es entonces cuando serás capaz de crear y dar lo mejor de ti a aquellos que te rodean.
Por eso hoy te digo que la mujer perfecta sí existe, está dentro de ti, en lo que tú elijas ser, hacer, crear y desde ahí brillar; cumpliendo primero tu lista, una lista que puede transformarse en todo momento. Tu superpoder es ser tú, disfrutarte, abrazarte y reconocerte.
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