Cuando ocurren grandes desastres naturales como el que acabamos de vivir en Acapulco con el paso del poderoso huracán Otis, el pueblo mexicano se solidariza y comienza con la labor de apoyo: donativos económicos, mano de obra, voluntariado, colectas de víveres y artículos de primera necesidad se comienzan a organizar para llegar a manos de los damnificados. Sin embargo… ¿Alguna vez analizamos la necesidad de también donar artículos de higiene menstrual? La verdad, confieso que hasta que participe en Fundación Femmex, me hice consciente de las necesidades de las personas menstruantes víctimas de las catástrofes naturales.
La menstruación llega sin importar qué planes tengas; si estás de vacaciones, de luna de miel, con una tarea muy estresante, si estás en una visita de obra en construcción, en un corporativo, en la mayor presentación de tu carrera laboral y sin importar que estés viviendo en una ciudad damnificada por un desastre natural. La realidad que vivimos todas las personas que menstruamos, es que la higiene menstrual se espera que se resuelva en la intimidad; en privado, sin importar si tenemos o no los medios, los insumos o el agua para atenderlo.
A lo que quiero llegar con esta reflexión, es a que pensemos en la realidad que vive una adolescente de 11 años que está viviendo su tercera regla de la vida, que acaba de perder la casa en donde vive, que no tiene un baño fijo, ni regadera para bañarse y sus papás están ocupándose de procurarle un espacio para resguardarse, comida y agua potable, pero nadie piensa en cómo va a asearse. Me interesa que pensemos en la jefa de familia que vive en una zona rural, que lleva tres noches sin dormir, que está buscando un albergue comunitario, en cómo llegar a él y cómo conseguir dinero para alimentar a sus niños y que, para colmo, tiene su menstruación.
Los invito a que pensemos en estas personas y que más allá, apoyemos a instituciones como la Cruz Roja, que hacen una gran labor de ayuda y dan atención a los más necesitados en desastres naturales como el huracán Otis, pero que también busquemos la manera de apoyar con recursos económicos y con insumos para gestionar la menstruación como toallas desechables, tampones, toallitas húmedas y agua; para que niñas, adolescentes, mujeres y demás personas menstruantes puedan quitarse una pequeña preocupación de la mente.
Desde Fundación Femmex, seguiremos poniendo atención a estos temas y haremos lo posible para llevar recursos a las zonas que lo necesitan para que más personas puedan vivir su menstruación de la manera más sana posible. Por lo pronto, decimos: ¡Fuerza Acapulco!
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