El ministro de propaganda Joseph Goebbels fue un personaje clave y siniestro del régimen, fue un ideólogo sagaz y estratega de la mentira. El epílogo de su vida fue tan perverso como el prólogo. Horas antes de que los soviéticos llegaran al bunker donde se escondía, envenenó a sus seis pequeños hijos, con ayuda de su mujer, Magda, antes de suicidarse junto con ella. Nadie podrá olvidar sus palabras que se han convertido en célebres: "Miente, miente, miente que algo quedará, cuanto más grande sea una mentira más gente la creerá."
Me atrevo a afirmar que todas las personas mienten un poco, con mentiras piadosas o exagerando un poco la verdad. No obstante, en los matices están aquellos mentirosos patológicos, se trate de niños, ancianos, jóvenes, hombres o mujeres, ellos mienten siempre. Viven en una realidad que construyen con sus mentiras compulsivas.
¿Qué buscan? Generalmente a través del relato y la narrativa, enmascaran la baja autoestima.
¿Cómo detectarlos?
-Al comparar y contrastar los detalles pequeños, suelen no coincidir.
- Tratan de evitar los problemas y no asumir la culpa por algo malo que hayan hecho.
- Buscan ser el centro y agrandan la mentira para continuar en el foco de admiración.
- Sienten que sus problemas son superiores a los de todos los demás.
-Van por el mundo diciendo su versión a todos y a cualquiera, exagerando los detalles para ganarse la aprobación.
-Necesitan sentirse importantes, superiores. Al escuchar el logro de otro, ellos darán un relato superador.
-Se sienten aburridos cuando el drama no ronda sus cabezas. Entonces construyen mentiras para inspirarse o entretenerse.
-Sienten que no son importantes por ser quienes son, por lo que necesitan inventar proezas y eventos para ser valorados.
- Suelen tener alguna adicción o hábito secreto que necesitan esconder.
¿Cómo reaccionan al ser descubiertos?
-Generan una reacción extrema, poniéndose a la defensiva o buscando otro culpable.
-Fabrican rápidamente otra mentira para cubrir la anterior.
-Tienden a buscar venganza tomando represalias o hacen una escena victimizándose con un ataque de llanto o transformándose en verdugos a través del enojo.
-Tienen dificultades para sostener una vida consistente. Cambian con frecuencia de trabajo, amigos y pareja. Son rechazados por la familia.
-Tienen la habilidad de atraer nuevas relaciones, pero son incapaces de mantenerlas.
Estamos rodeados de ficción, la mayoría de los personajes que interaccionan a diario con nosotros nos proporcionará sus mentiras inofensivas o impregnadas de intencionalidad. Para sobrevivir sin heridas, seamos cautelosos con el discurso, las palabras suelen estar envenenadas.
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