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YAMIL DARWICH

La Universidad Nacional Autónoma de México es nuestra máxima casa de estudios, incluye a todas las instituciones de educación media y superior; también algunas particulares de prestigio buscando calidad académica.

Lo confirman las evaluadoras más serias, publicando posiciones internacionales de calidad, mostrando a la UNAM, como la mejor de México y de las primeras de Latinoamérica.

Nació como Real y Pontificia Universidad -1551- y, desde su nacimiento, adoptó al liberalismo como fundamento de su filosofía y siguiendo a la escuela francesa en ideología y métodos de enseñanza.

En 1910, Justo Sierra Méndez, filósofo, educador y político mexicano, promovió la fundación de la Universidad Nacional de México, para que se cumpliera el ideal educativo mexicano, buscando desvincularla del radicalismo político y/o religioso, con una apertura total a todas las posturas filosóficas dentro de la institución y del mundo.

El 29 de julio de 1929, con el decreto de autonomía firmado por Emilio Portes Gil, la UNAM, logró cimentar la libertad académica, buscando el pluralismo intelectual; quedó asentado como derecho inalienable la pluralidad del pensamiento, principio de universalidad.

Sin ella no existiría verdadera apertura en docencia, investigación y difusión de la cultura. Sus difamadores lo saben.

Esos antecedentes fundamentan la importancia de la verdadera autonomía universitaria; la posibilidad de educar para que el libre pensamiento genere elementos técnicos y científicos para la productividad, siempre comprometidos con la solidaridad y subsidiaridad social. Pocas instituciones pueden ufanarse de ello.

El 11 de octubre, en elecciones libres, la UNAM nombró como su nuevo rector al Dr. Leonardo Lomelí Vanegas, anteriormente director de la Facultad de Economía, secretario general, catedrático, historiador y escritor.

Definido como defensor de la autonomía universitaria, sereno analizador de retos, planes y hasta conflictos intelectuales, es ahora responsable de defenderla ante los embates de los interesados en desvirtuar el camino de la educación mexicana.

Defender la autonomía es su mayor reto, luego de repetidos intentos de invadir los espacios del conocimiento para intentar reorientarlos hacia posturas ideológicas radicales y parciales. Usted ya conoce a los interesados en apoderarse de la enseñanza del país, con el propósito de adoctrinar a las nuevas generaciones.

Sus declaraciones son contundentes, definiendo su visión de universidad mexicana -él es hechura completa de la UNAM- y ha afirmado su compromiso de defenderla ante los ataques del populismo mexicano; dijo:

"No se puede descalificar a la Universidad, puede haber posiciones identificadas más con ciertas vertientes del conservadurismo o incluso, como se ha dicho, con el neoliberalismo, (…) la Universidad salió a criticar al neoliberalismo desde los años 80, cuando se estaba gestando, y creo que nuestra Universidad refleja esta pluralidad de la nación, donde hay posiciones muy progresistas y de avanzada que siempre se han expresado y que siguen analizando la realidad del país desde visiones que se pueden considerar de izquierda".

Insistió: "Autonomía, no solamente frente al gobierno, autonomía también frente a los intereses económicos que quisieran influir en el tipo de formación que se da en la Universidad".

Al tomar posesión, declaró: "Asumo la Rectoría en una época de constantes cambios y de grandes retos. El conocimiento es, hoy más que nunca, el factor más importante para impulsar el crecimiento económico y el desarrollo de la sociedad. (…) el malestar con la forma en la que se ha gestionado la globalización económica en las últimas décadas y sus costos sociales también han generado un cuestionamiento a la ciencia y un desencanto con la política, que se traduce en actitudes extremistas que cuestionan no solamente lo que está mal, sino avances científicos innegables que es preciso reconocer y aquilatar en su justa dimensión. Hoy más que nunca es necesario tomar conciencia de la gravedad de los problemas políticos, económicos, sociales y ambientales que enfrenta la humanidad y asumir el compromiso de avanzar, desde la Universidad, en la generación de alternativas de desarrollo socialmente incluyente y ambientalmente sustentable".

Deja clara su postura de defender al conocimiento y la libertad de aprender por encima de intereses políticos y de operadores del radicalismo, quienes también son protegidos en su derecho a la libertad de expresión; prometió defenderla de intereses económicos y de promotores de movimientos políticos/sociales ajenos.

Actualmente, la UNAM educa a más de 250 mil mexicanos y de ellos, 8 de cada 10 son de niveles económicos medios a bajos, cumpliendo con calidad académica el compromiso de "primero los pobres"; además, se distingue por ser la principal promotora de la investigación científica, programas de extensión universitaria que promueven el deporte, cultura y artes, complementos de la formación integral, favoreciendo la competitividad de los nuevos líderes mexicanos.

Defender a la UNAM es proteger el futuro nacional, por ser la cabeza intelectual de México; recuerde qué: si ella cae, caerán las demás instituciones y, preocupantemente, se afectará y hasta cancelará la libertad de pensamiento.

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