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Verdad Amarga

Un gobierno que hace agua de Acapulco a California

ENRIQUE SADA SANDOVAL

El próximo 2 de diciembre del presente año se cumplen nada más y nada menos que 476 años de la muerte de uno de los hombres más grandes y controversiales que ha brindado la historia política y militar del mundo, como es el caso de Hernán Cortés.

Nacido en Medellín, España, Hernán Cortés de Monroy y Pizarro hizo una vida tan romántica como azarosa; misma que le llevaría desde estudiar Derecho en la Universidad de Salamanca hasta convertirse en Capitán General, Conquistador de Tenochtitlan y primer Marqués del Valle de Oaxaca, consagrándose como un hombre a la altura de Alejandro Magno y Julio César, además de Alcalde del primer Cabildo libre de México e instaurador de las primeras Leyes de protección a los indígenas en Tierra Firme, antes que estas fueran sancionadas por Carlos V para la América Continental.

Reconocido en su talante de Padre de nuestra mexicanidad-junto con Doña Marina-Malintzin en su carácter como madre de la misma-por grandes personalidades contrapuestas como José Vasconcelos y Octavio Paz en el siglo XX, luego que el régimen cardenista había instrumentado toda una campaña oficial de desprestigio contra el mismo tras el descubrimiento de sus restos en el antiguo Hospital de Jesús, (que este fundara para atención de indios y españoles) hoy por hoy, su solo nombre sigue siendo utilizado como muletilla por los gobiernos populistas al igual que por los seguidores de este tipo de corrientes políticas.

Entre el año de 1527 y 1528, el extremeño se disponía a explorar nada menos que el Océano Pacífico y las costas del norte de la Nueva España, idea que acariciaba posterior a la pacificación del Valle del Anáhuac en unión con las tribus tlaxcaltecas, xochimilcas, texcocanas y otras tantas naciones indígenas que iniciaban la expansión del Virreinato en conjunto con los peninsulares.

Sin embargo, ante la inquina de sus enemigos y de varios envidiosos que añoraban sus logros a ambos lados del Atlántico, hubo de posponer sus proyectos, dejando cinco embarcaciones listas para su retorno.

La envidia de Nuño de Guzmán-conquistador sangriento y ambicioso-al frente de la Audiencia de México hizo que dichas embarcaciones fuesen desmanteladas casi en su totalidad, de modo que para cuando retornó de la Madre Patria para el año de 1530, Cortés solo pudo rescatar el casco de cuatro embarcaciones, justo cuando disponía también de las debidas licencias reales por parte del Emperador Carlos V para proseguir en sus exploraciones en el Pacífico.

Tras la fundación de la Villa de San Esteban de los Caballeros (Colima) y partiendo en 1533 desde el puerto de Manzanillo por orden del Marqués del Valle de Oaxaca, las embarcaciones comandadas por Diego Becerra y Hernando de Grijalva partieron trocando en diversos puntos como La Paz, las islas Revillagigedo y costas de la Nueva Galicia, aunque fracasaron por amotinamiento tanto como el posterior secuestro de las mismas por cuenta de Nuño de Guzmán.

Fue entonces cuando Cortés tomará la iniciativa de dirigir su propia expedición en persona con destino al Pacífico norte en compañía de Andrés de Tapia y varios entre sus hombres, partiendo de Tehuantepec el 15 de abril y llegando al puerto de Santa Cruz, que el fundara-hoy La Paz-el 3 de mayo, permaneciendo un año en dichas regiones y prolongando sus exploraciones hasta Cabo San Lucas, nombrando aquellos territorios nada menos que como California, en honor a la mítica Reina de las Amazonas según cierta novela medieval de su predilección, retornando finalmente hasta 1537 y nombrando como Golfo de California al Mar interior que hasta la fecha es reconocido también con su su nombre desde Francisco de Bermejo.

En un acto vulgar de populismo, el Presidente pretende "cambiar" el nombre-según él-de Mar de Cortés a Golfo de California, ignorando que así le nombró también el propio Cortés, pretextando las mismas patrañas antihistóricas del cardenismo y lo más rancio de la archirrefutada Leyenda Negra antiespañola, escatimándole mérito al personaje; y lo hace cerca del mar, justo cuando desestima también la reconstrucción de 250,000 viviendas a los damnificados del huracán Otis en Guerrero y Acapulco por parte de su Gobierno, haciendo cortina de humo-o agua en este caso-cuando prometía que Acapulco y Guerrero estarían nuevamente restablecidos para diciembre de este mismo año.

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