ÁTICO
La mala fe neoliberal no es la causa de la debilidad de Pemex, sino su naturaleza monopólica y su enorme ineficiencia.
Las petroleras del mundo se han hinchado de dinero desde la invasión de Rusia a Ucrania. El precio del crudo subió y aumentó aún más el de la gasolina. Gracias a esta situación excepcional las empresas del sector han logrado altas utilidades tanto en la extracción de crudo como en su refinación.
El proyecto del gobierno actual ha sido recuperar la "soberanía energética". Habría sido el mejor momento para buscarlo. Sin embargo, no se ha reflejado en un Pemex solvente y por lo tanto soberano. Ante las dudas de que pudiera pagar sus obligaciones, Hacienda tuvo que hacer un nuevo cheque antier, ahora por 65 mil millones de pesos. Esto después de haber inyectado a Pemex cerca de 770 mil millones de pesos desde el arranque de este gobierno.
¿Por qué va tan mal Pemex en un contexto del sector tan positivo? Se concentraron en producir más, sin importar si generaban utilidades. Esto requiere cuidar maximizar el valor de la empresa en el tiempo. Se puede sobreexplotar un yacimiento, generar muchas utilidades y no obstante debilitar el futuro de la empresa, como sucedió en el gobierno de Fox con Cantarell. Pero si el foco son las utilidades, se descartan los proyectos que ganan poco o, peor aún, los que pierden dinero.
En donde Pemex sí gana dinero, en la extracción de crudo, producen en lo que va del año 1.66 millones de barriles diarios frente a los 2.528 prometidos por Pemex en el 2019.
Donde hay mejoras en el volumen es en refinación. En el 2018 Pemex refinó 612 mil barriles de crudo diarios para producir 324 mil de gasolina y 185 mil de combustóleo. Este es un desperdicio y su precio de mercado es mucho menor al de las gasolinas. En los 6 primeros meses de este año, refinó 830 mil barriles diarios, produjo 406 mil de gasolina y diesel y 291 mil de combustóleo. Un 25 por ciento más de combustibles, pero 57 por ciento más de desperdicio. Así no se gana dinero.
La refinería Deer Park, comprada por Pemex en una operación muy rentable gracias al diferencial crudo/gasolina de los últimos dos años, produjo sólo 5 mil barriles barriles diarios de combustóleo y procesó 278 mil barriles de crudo en el primer semestre del 2023. Al estar en un entorno de competencia, para sobrevivir tenía que estar muy bien administrada por sus anteriores dueños.
Una parte del dinero del gobierno inyectado a Pemex fue destinado a construir Dos Bocas. Presupuestada originalmente en 8 mil millones de dólares, costará por lo menos 16 mil millones de dólares. No fue inaugurada cuando se prometió y seguramente no estará procesando en este sexenio los 306 mil barriles diarios para los que fue diseñada. Nunca recuperará el capital invertido.
En lo que va del sexenio, Pemex Transformación Industrial ha perdido 772 mil millones de pesos. Esto equivale al 41 por ciento de la deuda bancaria actual de Pemex. En ese mismo porcentaje la hubieran podido disminuir si simplemente hubieran dejado de perder.
Si los recursos adicionales se hubieran invertido en proyectos de extracción de crudo exitosos, hoy Pemex tendría una mucha mejor situación financiera. Sería más soberano.
Se creyeron el cuento de que la debilidad de Pemex fue causada por la mala fe de los neoliberales, cuando el problema ha sido su naturaleza monopólica y por lo tanto su enorme ineficiencia. No lo entendieron. La reforma energética del 2014 impulsada por Peña Nieto buscaba cambiar esto. El actual gobierno protegió a Pemex de la competencia. Ahí están los resultados.
Las empresas petroleras tienen hoy que enfrentar la irrupción de las energías limpias. Los hidrocarburos seguirán siendo un buen negocio, pero sólo para las empresas bien administradas. Saudi Aramco ganó en los 2022 161 mil millones de dólares, 55 por ciento más que la deuda acumulada de Pemex. Cuando la demanda de combustibles fósiles llegue a caer, Aramco podrá bajar precios y sacar del mercado a muchos de los competidores más débiles, como Pemex.
