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CLAUDIO MARTÍNEZ

El tiempo y los juegos que faltan para el final de la Liga Mexicana de Beisbol (LMB) en su temporada 2023, van a ser una dura prueba de fuego para los Algodoneros de Unión Laguna, quien o quienes aportan los recursos para la operación del equipo ya hicieron su trabajo, y ahora prácticamente todo corresponde al área deportiva, encargada de conseguir los refuerzos que se considere necesarios, y en el caso de Ramón Orantes, hacer lo suyo en el terreno de juego, sin compromisos, con libre albedrío, y en base a lo que le dicte su profundo conocimiento del beisbol. Ya se ha hablado bastante de qué es lo que se necesita reforzar, quién o quiénes están de más en el equipo, y todos los detalles finos que parecen intrascendentes, pero que representan mucho en las posibilidades de alcanzar los objetivos que se pretenden.

Nick Torres dejó de ser el cuarto en el orden y el cambio positivo apareció de inmediato, el californiano es un tremendo bateador, así lo ha demostrado desde que llegó a Unión Laguna, pero es obvio que al ubicarlo en el lugar adecuado, su rendimiento será muy superior. Sigue la ausencia del tan mencionado cuarto bate, no se sabe si esta temporada irá a llegar, pero es necesario poner a alguien en ese sitio, y al no haber un elemento con las condiciones necesarias, se tiene que utilizar al que esté más cerca de ser el ideal, y hoy ése es Jonathan Villar, sí, ese exGrandes Ligas dominicano que hoy ya muchos seguidores de la causa quieren ver fuera del equipo; el problema en el caso de Villar, es la etiqueta con que llegó a los Algodoneros, la trayectoria que tiene en el mejor beisbol del mundo, y que es proporcional a la exigencia de los aficionados.

Platicaba don Guillermo Garibay, mientras se compartía con él, el pan, la sal y el vino, que en una ocasión cierta persona hizo un esfuerzo grande para ver a Babe Ruth en algún estadio; no fue aquella la noche del Bambino que se comió cuatro ponches, y este aficionado al final del juego le fue a reclamar. Babe le dijo tranquilo ¿cuánto pagaste por venir a verme?, equis cantidad de dólares, respondió el aficionado, a lo que Ruth señaló: "Ve a pagar otro tanto por la clase de juego que tiró ese pitcher". El caso de Villar es muy especial, y se entiende la exigencia del aficionado por su aporte ofensivo, pero hay que ver la clase de tercera base que es este quisqueyano, va a cometer errores, porque solo no los comete el que no juega; claro que con el bate ha batallado, porque la LMB ya no es el mismo flan de antes para los extranjeros.

Después de varios días en busca de información, este sábado Unión Laguna señaló que Pedro Rodríguez, Kender Villegas y Henry Rodríguez ya aprobaron su examen de naturalización, y solamente están a la espera de recibir su respectiva carta; hablar de si falta poco o mucho tiempo es complicado, lo cierto es que a este Unión Laguna le faltan otros dos verdaderos refuerzos para ser un equipo que nada le pida a los favoritos, como Tijuana, Laredo o Monterrey, en el Norte, o Tabasco, Yucatán y Diablos Rojos del México en el Sur; ojo, no descartar a Monclova y Saltillo, que hoy no están en donde se pensaba, pero en cualquier momento ahí estarán, de hecho Monclova, después de tocar el sótano del grupo, hoy está en plena recuperación y muy pronto será contendiente; en Saltillo la cosa parece más complicada.

Sobre el lanzador cubano Yoanys Quiala, Unión Laguna informó que se ha recuperado satisfactoriamente de su lesión, por lo que puede ser activado en el momento que se considere necesario; Quiala es un tremendo lanzador, estelar en cualquier liga, y de entrar al roster vendría la disyuntiva sobre cuál de los extranjeros sería el sacrificado. Finalmente se informa sobre Yangervis Solarte, y se dice que los planes con él se mantienen en la misma forma, en espera de que obtenga su naturalización para incorporarlo al equipo. De sumarse Quiala al roster de Unión Laguna, automáticamente se reforzaría el relevo intermedio, con la presencia ahí de Josh Corrales, al que se reconoce su esfuerzo, sin embargo, es un brazo de relevo y en su caso sería muy positivo que regalara cinco buenas entradas.

Trato aparte merece el caso de Didi Gregorius, un verdadero "monstruo" de las paradas cortas, el holandés hace ver las cosas fáciles y es un deleite verlo jugar, mientras que con el bate, su respuesta positiva ha sido inmediata, hasta este sábado ya tenía seis cuadrangulares; ya se escuchó alguna voz que sugiere ubicar a Gregorius como cuatro bate, pero ese sería un grave error, porque si hablamos de un trabajo de excelencia, por qué moverlo de esa posición. Mientras no haya un cuarto bate natural, se va a batallar, y habrá que poner al que manifieste las mejores condiciones, pero hoy en el roster de Algodoneros nadie hay que llene los zapatos de Leo Hernández, John Lindsey, Warren Newson, Calvin Pickering, Matt Stark, Izzi Alcántara o Luis Terrero; no esperar entonces que alguien de los que hoy se tienen, haga ese trabajo.

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