Posiblemente dirán que esta critica se tardó o bien que el autor no soporta las películas de terror, pues ambas opciones pueden tener la razón o no, lo que sí es cierto es que Háblame (2022) se ha convertido en un fenómeno global.
Esta película es única en su origen, desde el hecho de que es dirigida por los hermanos australianos Danny y Michael Philippou, quienes crecieron como muchos jóvenes de esta generación creando videos caseros, compartidos en su canal de Youtube (RackaRacka) y que incluyen desde espadas laser, lances de lucha libre extrema, acciones que van más allá de la cordura cercanos a lo que hacían Johnny Knoxville y su equipo en Jackass, así como el combinar terror y humor.
Esta primera experiencia cinematográfica los ha llevado a los Philippou a diferentes festivales de cine en todo el mundo, en los cuales han obtenido reconocimiento de multitudes y de la comunidad de directores en particular de las vacas sagradas del género de misterio y terror como Jordan Peele, Ari Aster, Stephen King, hasta Steven Spielberg.
Uno de los pasos más importantes para que esta película recorriera todo el mundo fue que la película fue adquirida por la distribuidora A24, la misma que ha traído títulos como The Witch, Midsommar, Hereditary, entre otros títulos de cine independiente.
Esta historia se desarrolla en Adelaide, Australia, lugar de los Philippou crecieron, y nos cuenta, luego de un inicio inesperado, el dolor que vive una chica llamada “Mia” (Sophie Wilde) por el suicidio de su mamá. El contacto con la muerte y lo inesperado va inundando la vida de la protagonista, por lo que busca olvidarlo. Sin embargo, se ha hecho viral en la comunidad unas fiestas de adolescentes en donde quedan en estado de shock luego de tomar la mano embalsamada de un criminal, al que tienen que decirle dos frases “Háblame” y “Te dejo entrar”.
Hasta aquí todo parece como cualquier película de terror, pero a partir de aquí no hay vuelta atrás ya que como espectadores queremos ver como termina esto. Además, llena en gran parte la necesidad de las personas de saber si aquellos que se nos adelantaron están bien o por lo menos una última palabra. De ahí que esto sea adictivo para “Mia” y sus amigos, lo cual es suficiente para meterse en problemas.
La película está bien realizada, ya que el terror es un género que no solo busca el susto repentino, sino aquella construcción de sonido, ambiente e imagen que puede hacernos saltar de la butaca, provocan nuestro grito y obviamente el tratar de cerrar nuestros, pero a pesar de eso todo es imposible para evitar lo que viene.
Conforme va avanzado la película, nos enfrentamos a situaciones en donde la duda genera la incertidumbre de que es lo real o que no. Los Philippou llevan un buen ritmo que va a mejorando conforme avanza la historia y los momentos más retorcidos. Aquí no tuvieron piedad para mostrar lo violento que puede ser confrontarse con la posesión de un espíritu en tu cuerpo.
El filme tiene muy buenos giros que dejan a los espectadores sacados de sus estructuras narrativas básicas, para dejarse llevar por un coctel de emociones de principio a fin. Por ello esta película es una de las mejores en su género, distante de estas nuevas franquicias estadounidenses que buscan más que el susto, el “dinero fácil” porque la fórmula se vuelve tan predecible como la escena de la chica que es arrastrada, el demonio o la presencia que sale de entre las sombras o la clásica escena en silencio que prepara para el susto mayor.
Este fenómeno ya prepara una precuela, esperando que se siga respetando la visión de los directores, es decir filmar en Australia, con el acento y que permitan alcanzar el nivel de tensión que encantó a miles. Esperemos que estos jóvenes directores traigan más títulos ahora que ya rebasan los 30 años, le urge al cine mundial nuevas voces, que hallan crecido desde plataformas como Youtube o Tiktok, pero que ofrezcan elementos diferentes.