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No hagas cosas buenas...

Que vergüenza con los vecinos

ENRIQUE IRAZOQUI MORALES

Es normal que un gobernador tenga la capacidad de atraer 40 mil millones de dólares en tan sólo dos años de gobierno, lo que hace presumir que posee un intelecto y capacidad sobresaliente y luego cause una crisis política en su propia entidad sólo porque quiere vivir el sueño de una campaña presidencial con remotas posibilidades de triunfo, no obstante prometió con todas sus letras que él no haría lo que su antecesor inmediato en la gubernatura: Jaime Rodríguez, alias el Bronco.

Pues por increíble que parezca es justo lo que está llevando a cabo el gobernador de Nuevo León, Samuel García, quien claramente está convencido que puede llevar a nivel presidencial lo que consiguió a nivel local: un fenómeno ganador utilizando magistralmente las redes sociales, poderosa e impredecible arma actual de comunicación social, tratando de replicar el entusiasmo aspiracionista que logró la señora de García con los neoleoneses.

Por mandato de ley, el gobernador García se ve obligado a pedir licencia de su cargo para participar como candidato; en este caso a la Presidencia de la República,

Las condiciones políticas de Nuevo León, con un Congreso de mayoría opositora entre priistas y panistas versus un titular del Ejecutivo estatal emanado del partido Movimiento Ciudadano, que encima llevan una relación conflictual, propiciado por las posiciones que ha guardado Samuel en su estado, condujeron al enfrentamiento actual entre poderes soberanos. La Constitución local prevé claramente que es justo el Congreso quien tiene la facultad de designar al gobernador interino en caso de ausencia del gobernador constitucional por licencia o fuerza mayor.

Con tales normas preestablecidas, al marcharse el emecista a su aventura, deja por consiguiente al legislativo opositor en posición de elegir a su interino temporal. Formalmente no hay duda.

Sin embargo, García quiere aferrarse a un punto: si la gente votó por él y su partido, entonces quien lo supla debe ser designado por él. No es así.

Antier Movimiento Ciudadano y el gobernador con licencia de Nuevo León, Samuel García, sufrieron un revés con la designación por parte del Congreso estatal del vicefiscal Luis Enrique Orozco, como mandatario estatal interino por seis meses aunque Samuel intentó entregar la titularidad del Ejecutivo estatal a su secretario de Gobierno, Javier Luis Navarro Velasco; sin embargo, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, confirmó que eran los legisladores neoleoneses quienes deberían decidir a quién dejar en el cargo.

En medio de estos días de convulsión, el gobernador constitucional regresó a sus funciones el martes pasado por la noche de forma temporal ante la falta de un acuerdo para la designación de un gobernador interino luego de realizar sus primeros actos de precampaña en Coahuila, Tamaulipas y Nuevo León.

La ausencia de acuerdos días previos y las disputas abiertas entre el Ejecutivo estatal con licencia y los legisladores terminó en la toma del Congreso por parte de personas encapuchadas, quienes impidieron los trabajos legislativos.

Al momento de escribir estas líneas la vida política de Nuevo León estaba en plena efervescencia, el Congreso ya designó interino y las huestes del joven gobernante intentan contravenir la ley. Así de simple.

Pasa hasta en las mejores familias. Nuevo León es claramente un estado rico en México ubicado en el tercer puesto respecto a su Producto Interno Neto, solo por detrás de la Ciudad de México y del Estado de México, que en el primer caso es donde descansan los poderes federales y gran parte de su presupuesto, mientras que el segundo es la entidad federativa más poblada del país y patio trasero del otrora Distrito Federal. Pero la metrópolis encabezada por Monterrey y secundada por San Pedro Garza García, el municipio más rico de México, más otros tantos entes municipales, hacen de Nuevo León un estado eminentemente urbano por lo que se presumiría que tiene más nivel educativo respecto a aquellos que tienen más población en el área rural.

Qué vergüenza con los vecinos ricos, dirían los coahuilenses que hoy cambian a su gobernador. Claro está que el dinero no blinda que los políticos que dicen ser de una nueva política sigan realizando patéticas acciones como las que hace Samuel García.

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Escrito en: editoriales editorial Enrique Irazoqui

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