Es un privilegio compartir un ideal después de algunos años de iniciar la bella pasión de escribir, anécdotas de grandes y pequeñas especies que he tenido la fortuna de atender, iniciando en el campo mi profesión, como hospital un viejo corral de tablones y la paja seca de mesa de operaciones.
Con el paso del tiempo de las pequeñas especies me enamoré, regresando a la universidad con mis cuatro retoños en formación, pagándome después la vida, con tres hijas de mi profesión. Espero sea de su agrado mi primer libro donde he recopilado bellas historias que me ha distinguido vivir. Hubiese deseado asistir a clases de letras y redacción, pero solo soy un veterinario apasionado que escribe fábulas de sus pacientes, traduciendo sus ladridos y maullidos que escucharás en sus mágicos relatos.
En el transcurso de tres décadas colaborando en este prestigioso diario, he dudado de historias que sean del agrado de mis tres lectores, pero recobro la confianza cuando mencionan las palabras mágicas… "El domingo compro el periódico para leer su columna Pequeñas Especies", hay quienes muestran con orgullo los viejos recortes del diario, como si valieran algo. Qué mayor satisfacción para un servidor que trata de transmitir los sentimientos de esas bellas criaturas de patas y colas.
Hace tiempo concluí mi libro, pero seguía anexando historias y continuaba con las correcciones de relatos que ya había revisado una y otra vez. Un buen amigo me dijo, "ya envíalo a revisión para que lo publiquen, pues de otra manera nunca lo vas a terminar de corregir, y para comprometerte, ahora mismo te voy a pagar el primer ejemplar".
A la siguiente semana mandé el borrador al editor y efectivamente, estaba listo para su publicación. La segunda venta fue para mi hijo Paco que se encuentra fuera del país, al darse cuenta de la publicación, me envió el pago del libro, más que una remuneración, fue una felicitación para su padre. Que por cierto también acaba de publicar su libro "Rumpel Stilskin", de lo cual me siento sumamente orgulloso y lo felicito por su gran esfuerzo. Soy un afortunado escribidor, aún sin tener los ejemplares, ya había realizado dos ventas.
El haber escrito el presente libro, ha sido una satisfacción muy especial en el otoño de mis años, describo pasajes de la magia de la juventud desde los inicios de estudiante en la facultad de veterinaria, que fue como un club de amigos que nos formamos en las duras y en la maduras, y ahora son aquellos amigos como los viejos libros, entre más antiguos son de mayor valor, y qué decir de los maestros, afables pero estrictos, la base de nuestra profesión.
Los veterinarios no solo tenemos la capacidad de dar alivio a los animales, también interpretamos sus sentimientos, que logran transmitirnos esa maravillosa sonrisa cuando sanan. Desearía obsequiar un ejemplar a cada uno de mis amigos y familiares que me han expresado bellas palabras de aliento sobre la publicación.
El tiempo y el esfuerzo es lo más preciado para este servidor y lo doy de mil amores, pero los gastos del editor, la impresión, la publicidad del libro, es la causa que nos impide la cesión del que lleva orgullosamente mis relatos de perros y gato: "El Escribidor de Perros".