DOS TEMAS DE TRASCENDENCIA
Dos temas, igualmente importantes y trascendentes han llamado la atención de Panorama para ser tratados en una sola colaboración periodística; y es lo que hago ahora.
1.- DEBATES POLÍTICOS. Reconociendo que no son tiempos de competencia electoral, abordamos sin embargo esta cuestión por considerar que pronto estaremos ante el escenario donde habrán de deliberar, confrontar ideas y posturas por parte de quienes serán postulados a cargos de elección popular comenzando con los candidatos a presidente de la República, senadores y diputados al Congreso de la Unión.
Créame, el proceso legislativo mexicano, las etapas que lo integran es un excelente escenario para debatir la problemática social, económica y política del mexicano, sobre todo cuando se trate de iniciativas de ley o decreto que rebase los límites de lo estrictamente jurídico e interfiera en el peligroso terreno del resbaladizo ámbito de la política.
Como postulantes de candidato los partidos deben concurrir en el diseño del formato y desarrollo de los debates políticos, que estos sean plataformas donde se discutan y confronten ideas y propuestas que interesan a una sociedad agraviada por la situación en la que se encuentra, sin que los órganos de gobierno den respuesta a sus inquietudes y haya visto desfilar uno y otro presidente que no la han sacado del hoyo en el que ha caído.
Hasta ahora las campañas políticas han carecido de proyectos constructivos, pues sus protagonistas han preferido el ataque y la descalificación del contrario a la propuesta clara y de factible eficacia. Deben ser instancia del dialogo y el acuerdo para que tengamos una convivencia armónica y de solidario trato.
El proceso legislativo mexicano comienza con la iniciativa, proyecto o propuesta que puede ser presentada en cualquiera de las cámaras en la que, si es aprobado en la de origen, pasará a la revisión que si aprueba el proyecto lo remitirá al Ejecutivo para efectos de promulgación y publicación; con esta ultima el proyecto es ley o decreto, comenzando así su vigencia.
2.- ¿MINISTROS, MAGISTRADOS Y JUECES ELECTOS POPULARMENTE? A algunos diputados, particularmente morenistas les mueven el piso la idea de introducir una reforma constitucional relativa a la estructura y funcionamiento del Poder Judicial de la Federación. Se trataría nada menos que modificar la redacción del Capitulo Sexto y el único Articulo que lo integra, el 94 de la Constitución General de la Republica para señalar la posibilidad de nombrar a magistrados y jueces por medio del voto popular.
Esto es inaudito y por lo mismo inadmisible, pues solo a los ingenuos, perversos y de mala fe se les ocurre decir que hay mejoría en la administración de justicia con la politización del órgano Judicial, pues a tal circunstancia conduciría tener jueces electos por el voto popular. Si tal cosa ocurriese tendríamos jueces morenistas, panistas, perredistas, priístas, etc., que deberían su cargo al partido que los postulo, desvirtuando así la función jurisdiccional cuya tarea básica es la de hacer justicia. Por eso repetimos lo que ya hemos dicho otras veces: NI JUSTICIA POLITIZADA, NI POLITICA JUDICIALIZADA.
