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Música en un suspiro

Música en un suspiro

Mozart, Concierto para 3 pianos y orquesta K.242

MIGUEL ÁNGEL GARCÍA

Antes de hablar de esta inusual combinación de instrumentos…, tres pianos, es importante hacer un pequeño alto en el camino y hablar del concepto mecenas, ya que esta obra depende de ello.

El término mecenas tiene su origen en el nombre de un colaborador de César Augusto en Roma. Cayo Cilnius Maecenas vivió entre el 69 a. C. y 8 a.C. Fue el soporte económico de los poetas Quinto Horacio y Publio Virgilio. Desde entonces se le dice Mecenas a todo aquel que, de forma más o menos libre y desinteresada apoya a los artistas en su carrera. Ya en el Renacimiento, el Mecenas era aquella persona adinerada que tomaba bajo su patrocinio a jóvenes artistas sin recursos. Familias como los Médici en Florencia apoyarían Miguel Ángel, Ludovico Sforza en Milán a Leonardo da Vinci o incluso los papas Julio II y León X a Raffaello Sanzio. Así, estamos en condiciones de hablar de un de los mecenas más importantes de Mozart, la Condesa María Antonia Lodron. Escrito en 1776, cuando Mozart contaba con apenas 20 años, logró escribir una obra a la medida de las necesidades de su mecenas.

Los primeros dos pianos demandaban una mayor destreza técnica, en función de que la Condesa y su hija mayor Aloisia, a pesar de ser amateurs, presumían un talento considerable. Sorprendentemente, Mozart escribirá el tercer piano con una demanda técnica menor y estaría destinado a Josepha, la hija menor que, si bien era muy buena estudiante, no había alcanzado aún el nivel de su madre o el de su hermana mayor. Esta obra forma parte del estilo brillante y divertido que Mozart solía imprimir en sus serenatas y divertimenti para amenizar fiestas y eventos especiales de la realeza.

El concierto es muy interesante, no por su profundidad en ideas musicales, sino más bien porque Mozart logró generar un espacio sonoro muy amplio con tres pianos no virtuosos. De hecho, la parte de la orquesta es por mucho más demandante y apoya en buena medida las partes solistas. Más aún, la parte de Josepha, la hija menor es apoyada en múltiples ocasiones, a manera de eco, por el primero y segundo piano. Hay una anécdota contemporánea muy interesante sobre este concierto. Entre 1974 y 1982, Helmut Schmidt, fungió como el primer canciller de la entonces Alemania Occidental.

Economista de formación y con una carrera muy intensa en el terreno intelectual y político, Schmidt era además un talentoso pianista. Obviamente no era un pianista profesional, sin embargo, su técnica le permitió realizar una grabación para la prestigiosa marca EMI, del triple concierto para piano de Mozart, acompañado por la Orquesta filarmónica de Londres bajo la dirección del gran Christoph Eschenbach. El mismo Escenhbach tocaría el 1er piano, el virtuoso Justus Frantz el segundo piano, y el canciller Schmidt el tercer piano, es decir el destinado a Josepha la hija menor de la condesa María Antonia Lodron. Esta anécdota tiene mucho de trasfondo, pues un primer ministro con esa sensibilidad, en definitiva tendrá un interés, un enfoque y un criterio hacia las bellas artes y en consecuencia hacia el desarrollo profundo de su pueblo.

¿Te imaginas alguna vez escuchar el concierto para violín no 3 de Mozart acompañado por la Orquesta de Cámara de Bellas Artes, teniendo como solista al Presidente de México? Ese día tendríamos un líder sensible, estudioso, intelectual y amante de la belleza. Ese día podremos presumir que tenemos un líder de primer mundo. Sueños guajiros en un suspiro.

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