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Manolo

YAMIL DARWICH

El 1 de diciembre, Manolo Jiménez Salinas, tomó protesta y asumió el cargo de Gobernador Constitucional del Estado de Coahuila de Zaragoza, para el periodo 2023-2029.

Nacido en Saltillo, Coahuila, el 12 de junio de 1984, hijo de Manuel Jiménez Flores y Liliana Salinas Valdés, casado con Paola Rodríguez López, tienen cuatro hijos.

Ingeniero Industrial y de Sistemas del ITESM, Master en Administración Pública por la misma institución, con diversos cursos y diplomados en materias políticas y económicas, lo hacen un gobernador preparado para cumplir con su responsabilidad política social.

Tiene las credenciales, la experiencia en cargos públicos y conoce a aquellos -compañeros y profesores- que pueden aportarle acertadas asesorías durante su mandato. ¿Lo hará?

Inquieto por la política, colaboró en puestos de acercamiento social, hasta llegar a la diputación local, trampolín para la presidencia de Saltillo. En 2018, reelecto con una aceptación mayor al 50% de los votantes, nuevamente logró una buena evaluación ciudadana. Ese es dato importante para medir su efectividad administrativa.

Por último, fue el de Secretario de Inclusión y Desarrollo Social, de enero de 2022 a enero de 2023, en la administración de Miguel Riquelme, siendo propuesto por la coalición PRI, PAN y PRD a la gubernatura del Estado, la que finalmente ganó democráticamente.

Ahora le compete sostener su promesa de mantener al Estado de Coahuila como uno de los más seguros del país -que es decir mucho-, en constante crecimiento económico y, ante todo, con relativa tranquilidad social, reconocimientos que distinguieron a Miguel Riquelme, durante su administración.

Evidentemente sus retos son grandes, entre los mencionados están: la seguridad pública, constantemente amenazada por los narcotraficantes; la continuidad en el crecimiento de la economía; y atender suficientemente el problema de la salud de los habitantes del Estado. Enfrentará una situación económica deteriorada, agravada por el recorte presupuestal federal y entorpecimientos en los procesos administrativos -con tintes electoreros- entre estado y federación.

Sus declaraciones despiertan altas expectativas; le comparto algunos extractos de sus dichos:

"Estamos listos para ser el Gobierno más ciudadano en la historia de Coahuila". Frase que recuerda aquello de "mayor participación ciudadana y menos gobierno", o lo sentenciado por Bernard Shaw: "la democracia es el proceso que garantiza que no seamos gobernados mejor de lo que nos merecemos". ¿Usted ha estado haciendo lo correspondiente?

Resaltó su compromiso con la seguridad del Estado:

"Que quede muy claro, así como lo dijimos en campaña: aquellos delincuentes que quieran ingresar a Coahuila, para hacerles daño a nuestras familias, aquí se seguirán topando en pared con nosotros". Curiosamente, el mismo día de la toma de posesión, ardieron autos en Piedras Negras, Coahuila. ¿Es casualidad o advertencia?

Particularmente, se dirigió a las autoridades militares:

"En nombre de todas y todos los coahuilenses, les pedimos de favor que nos sigan apoyando con toda la fuerza del ejército para seguir robusteciendo la seguridad en Coahuila". La sutileza del dicho no deja de recordarnos que el Ejército Mexicano, históricamente, tiene un fuerte compromiso con México y su paz interior.

Sin embargo, habría que recordar algunos compromisos éticos que cualquier líder político tiene con el ejercicio del poder y que, tal vez, por lo moderado durante su discurso no fueron evidentes:

Ante todo: defender la democracia de los coahuilenses; por mayoría elegimos un gobierno completamente alejado de la intención de controlar a los tres poderes de la nación, actitud mostrada por la actual administración federal haciéndonos temer la dictadura.

Atender con mano dura y estricto apego al derecho nuestra profunda patología social nacional: la corrupción; desde el abuso de los funcionarios, hasta el favoritismo en amistades y compadrazgos entre los sectores social y económico.

Desde luego que es difícil acabar la corrupción -no imposible-, pero también es necesario empezar a combatirla en serio. Miguel Riquelme no pudo -o no quiso- combatir a los escandalosos y afamados corruptos de Coahuila, -su responsabilidad histórica- pero alguien debe empezar a romper las cadenas de la complicidad y lealtades inmorales.

Se inicia poco a poco, luchando contra la continuidad del vicio de corruptos politiqueros empoderados. ¿Podrá o querrá?

Doy por buenas sus capacidades técnico/profesionales; los antecedentes personales y sociales; el desempeño administrativo ejercido anteriormente. Son esperanzadora tranquilidad. ¿Utopía?

Queda pendiente al tiempo, evaluar su respuesta al clamor del verdadero cambio político social del Estado, empezando por cumplir los principios de la ciencia y técnica de la administración pública que aprendió en la escuela, eligiendo a verdaderos colaboradores, dispuestos y capaces, que elijan "segundas manos" aplicando la verdadera teoría y experiencia de la administración pública. ¿Podrá liberarse de los recomendados?

El reto es grande: administrar luchando contra la corrupción y la delincuencia organizada y, seguramente con su juventud y aspiraciones, entiende que contar con nuestra aprobación es importante para construir su propio futuro. Nosotros, recordemos: cada pueblo tiene el gobierno que merece".

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