FOTOS: Ramón Sotomayor
En los últimos años, el cine en Coahuila ha mostrado nuestros rostros, nuevas propuestas que montan sus fotogramas al narrar desde el propio terruño. Patricia Carrillo Carrera, cineasta que ha desarrollado una visión social a través del documental, es ejemplo de lo anterior. En su trabajo, apuesta por abordar personajes con raíces profundas, que muestren una cultura, una tradición.
“Alguien que hace cine documental necesita mucha calle: caminar la ciudad, los espacios, observar a la gente. Es un oficio donde es importante posar la mirada sobre las cosas”.
Transitar, darse el tiempo de emitir una mirada de mayor profundidad, abre la posibilidad al cineasta de encontrar ciertos elementos narrativos que pueden hilar una historia. Ejemplo de esto es Gertrudis Blues (2002), cortometraje documental donde Carrillo muestra la vida de doña Gertrudis Vázquez, matriarca de una comunidad de mascogos asentada en el municipio de Múzquiz, Coahuila.
“Exacto, porque con Gertrudis era algo social, una comunidad rural, un personaje extraordinario, que es la parte humana, y la parte del arte y de la cultura, de sus tradiciones y sus cantos. Ese es el cine que a mí me mueve”.
Las credencias de Patricia Carrillo Carrera indican que es graduada de la licenciatura en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Autónoma de Coahuila (UA de C). Además, cuenta con una especialidad de Dirección de la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños, en Cuba.
Desde 1985 ha escrito y dirigido diversos proyectos culturales dentro y fuera del país. Gertrudis Blues es una obra que la llevó a estar nominada en los Premios Ariel de 2003 y que actualmente está disponible en la plataforma FilminLatino.com.
Pero Carrillo también es la autora de otros trabajos audiovisuales como La semilla en la tierra, Los muchachos, La piel de la luz, y participó en la coproducción de Nomades Land: Le neveux explorateurs para el Canal Plus de Francia.
COAHUILA COMO TERRENO NARRATIVO
Para Carrillo, el estado de Coahuila posee elementos únicos factibles de proyectarse en la pantalla grande. Sus habitantes, sus ciudades, zonas rurales y paisajes, poseen un guion único que pida la intervención de una mirada para poder ser contados.
“Hay historias como seres humanos en el mundo. Entonces, sí, Coahuila es rico en historia, rico en cultura, rico en geografía. Quizá a veces no dimensionamos a nuestro estado de esa manera. Por ejemplo, cuando filmé Gertrudis Blues, ni siquiera mis conciudadanos coahuilenses sabían que había una comunidad de mascogos viviendo en el desierto de Coahuila”.
La cineasta considera que en el estado aguarda una riqueza enorme por descubrir. Las historias aguarda en los rincones de cada uno de los 38 municipios coahuilenses, lo que se necesita es mayor sensibilidad por parte de cineastas, iniciativa privada y las instituciones públicas.
“Los cineastas regionales padecemos lo que padecen en muchas otras profesiones, que es el centralismo. No solo el centralismo nacional, sino el centralismo regional. En el caso de Coahuila, la mayoría de los talleres, de las actividades, de las proyecciones, se realizan en Saltillo”.
Fiel a su ideología, Patricia Carrillo visito hace algunas semanas La Laguna para ofrecer un taller gratuito en el Museo Arocena. Allí compartió su experiencia y revisó las ideas de 43 cineastas locales, de diversas generaciones.
“Propusieron temas de lo más diverso, desde una profunda preocupación social, temas culturales, aspectos musicales de la región. Es maravilloso darte cuenta de que cada uno de los participantes tienen ideas muy claras sobre las historias que quieren seguir desarrollando”.
Por último, la cineasta habló del nivel que actualmente tiene el documental en México, especialmente el dirigido por mujeres. Celebró el trabajo de Alejandra Islas, Lucía Gajá y Tatiana Huezo.
“Tal vez el cine documental no puede cambiar al mundo, pero puede ayudar a mover un poco más a las personas que pueden incidir en esos cambios”.