Cada vez con más angustia se reciben las noticias desde el puerto de Acapulco. El huracán Otis de categoría 5 que devastó el bello parador turístico dejó a decenas de miles de acapulqueños ya no se diga sin servicios públicos básicos: el meteoro sencillamente los lanzó en unas cuantas horas la precariedad total. No hay techo para todos y lo peor, la hambruna y hasta la falta de agua para beber azotan a la población en general.
Es una tragedia por donde se le mire. La madre naturaleza hizo recordar con furia cuál es el lugar de la humanidad en el mundo y cual le pertenece a ella. En apenas unas horas, el 80% de la infraestructura turística de Acapulco fue reducida en gran proporción a escombros, lo que condena a una parte muy importante de la sociedad acapulqueña a la zozobra, ya que la mayor actividad económica de ese centro poblacional, que oscila entre los 800 mil habitantes, es precisamente el turismo.
Con esa calamidad nacional encima, es lamentable la postura que ha asumido el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, quien ha utilizado parte de su agenda en atacar a sus rivales políticos: sigue en su andanada en contra del Poder Judicial de la Federación; vuelve a cargar contra periodistas y dueños de medios de comunicación que considera corruptos y defensores de privilegios de minorías aprovechadas del pueblo, entre otros enemigos que suele elegir.
López Obrador hizo alusión a que hasta en la riqueza "hay niveles", ya que en ella no aparece ningún periodista pese a que hay algunos que tienen mucho dinero, ya que hay algunos que legitiman "a un régimen que beneficia a minorías".
Pero Acapulco sigue allí, la población brama por mayor ayuda y el presidente se da tiempo para hablar de las fortunas más grandes de México. Apenas unos días atrás en el marco de la mañanera, el mandatario dedicó parte de su conferencia en compartir las doce fortunas más grandes de México según la revista Forbes.
Citó de mayor a menor dentro de la docena de magnates. Primero se refirió a Carlos Slim, dueño de Telmex, Telcel y otras empresas, quien encabeza la lista con una fortuna de 93 mil millones de dólares; le sigue Germán Larrea, dueño de Grupo México, quien es el segundo hombre más rico del país con una fortuna de 26 mil millones de dólares y en tercer puesto el dueño de TV Azteca y Banco Azteca, Ricardo Salinas Pliego, quien amasó una fortuna de 10 mil 900 millones de dólares.
Adicionalmente, López Obrador exhibió a la familia Servitje Montull, una de las familias más ricas del país, con una fortuna de 7 mil 739 millones de dólares. La familia Servitje Montull son dueños de la tercera parte de Grupo Bimbo, una de las empresas más rentables desde 1997.
También se encuentra en la lista, la familia Baillères, quienes se dedican a la minería, seguros, pensiones y bebidas, y poseen una fortuna de 6 mil 900 millones de dólares.
En sexto puesto, se encuentra María Asunción Aramburuzabala con una fortuna de 6 mil 200 millones de dólares. La empresaria es una de las herederas de Grupo Modelo, además tiene acciones en Kraft-Heinz, Anheuser-Busch, Stori, Nexu, entre otras.
Cabe destacar que según el primer mandatario antes del gobierno de Carlos Salinas de Gortari, solo una familia aparecía en el listado de las más ricas y, al terminar el sexenio del priista, 24 ingresaron al ranking.
"Antes de Salinas, la única familia que aparecía en esa lista eran los Garza Sada, al término de su gestión ya había 24 familias, en aquella época había mucha simulación porque era un gobierno oligárquico y demagógico en el cual intervenían.
Quien no quiera aceptar la tesis del primer mandatario del país que efectivamente muchas de las grandes fortunas se hicieron al amparo del poder en gobiernos pasados, sencillamente está eludiendo darse cuenta de indicios casi indiscutibles de ello, pero ¿de verdad eso es importante cuando la tragedia abate a Acapulco?
Hay tiempo para todo, lo urgente y lo humano es atender lo que el huracán Otis arrasó, lo importante sin duda es atender la pobreza, la desigualdad. Que pena que de la agenda presidencial nunca desaparezcan como asuntos principales la venganza y división.
