El formidable escritor cubano, si bien residente durante prácticamente toda su vida en los EUA, Roberto González Echevarría, respetado académico de Yale y el más reconocido crítico literario en Norteamérica de las letras españolas, es autor de una voluminosa historia del beisbol en su país de origen, monumental obra a la que dio por título "La gloria de Cuba". El título lo dice todo. Porque el beisbol y la grandeza de sus peloteros son la gloria de Cuba.
Por eso es doloroso, triste, lamentable, una verdadera tragedia el papel tan pobre que Cuba, representada por los Agricultores de Bayamo, tuvo en la recién concluida Serie del Caribe (SC) celebrada en Venezuela.
Cuba, que siempre fue una gran potencia beisbolera, ocupó el último lugar en la tabla de posiciones de los siete juegos que comprendió la competencia eliminatoria, ya que solo pudo ganar uno (y eso en extrainnings, a Curazao, que debutó en la SC) y perdió los otros seis, un par de ellos incluso en forma vergonzosa 10-4 frente a Panamá y una despiadada paliza de 20-3 ante Venezuela.
Pero no siempre fue así. Cuando las SC iniciaron, en 1949, tuvieron la participación de solo cuatro países: Cuba, Panamá, Puerto Rico y Venezuela. En su primera etapa, que comprendió desde ese año de 1949 a 1960, cuando la patria de Martí abandonó estos torneos del Caribe por razones de carácter político, es decir, por decisión del castrismo, uno de tantos errores que tienen sumida a la bella Isla en la situación en que ahora se encuentra, de extrema pobreza y sin libertad, Cuba ganó en esa etapa inicial 7 de las 12 Series del Caribe que hasta entonces se habían realizado (las de 1949, 52, 56, 57, 58, 59 y 60), 4 Puerto Rico (1951, 53, 54 y 55), Panamá solo una (la de 1950) y Venezuela ninguna.
¿Qué fue lo que pasó después de 1960? ¿Porqué ha sucedido? ¿Dónde está el origen de esta debacle?
El periodista Juan Carlos Espinosa, desde la Isla, escribió la semana pasada: "La caída en picada de la novena dirigida por el veterano Carlos Martí ha aturdido a aficionados y especialistas por igual. Sin embargo, para no pocos fue la consumación de una profecía autocumplida".
Otro periodista, Daniel de Malas, conocedor del tema, entrevistado por la agencia internacional EFE comentó que "el (resultado) era esperado, aunque quizá no su magnitud. Pero ciertamente se esperaba. Es resultado de muchos años de mal trabajo".
Bien vale la pena analizar con mayor detalle este problema.