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La mujer y el ajedrez

FLOR A. VARGAS CORTÉS

En el 2020 se estrenó una miniserie llamada “Gambito de dama” que daba cuenta de la vida de una ajedrecista que rompió esquemas al participar y destacar en una disciplina dominada por varones.

En la vida real, sólo una mujer ha destacado en el llamado deporte ciencia, dentro de la categoría mixta. Pero si hombres y mujeres tenemos capacidades intelectuales semejantes, ¿por qué las mujeres sobresalen menos en ajedrez?

Podría pensarse que es un deporte machista, pero como en todos los ámbitos donde el hombre ha tenido la hegemonía, antes de juzgar y colocar esa etiqueta convendría analizar qué tanto encaminamos a las niñas a jugar esta apasionada práctica.

Nuestras capacidades son semejantes y ninguno de los dos, hombre o mujer, es superior al otro, simplemente somos diferentes.

La práctica hace al maestro y si propiciamos que, niños y niñas, inicien y permanezcan en el ajedrez, seguramente la historia comenzaría a cambiar paulatinamente, pues existe la evidencia del trabajo realizado en las niñas Polgár por parte de sus padres, dos profesores de carrera que demostraron que las mujeres pueden desarrollar destreza e inteligencia suficiente para competir contra hombres.

La historia de Judith Polgár es fascinante, es una de las tres hermanas que fueron educadas de manera sui géneris, sin asistir al colegio salvo para los exámenes, pero enfocadas en la práctica del ajedrez y otras asignaturas.

Judith logró el grado de “gran maestra internacional” en el ajedrez a sus quince años de edad, un mes menor que Bobby Fisher y con ello se convirtió en la más joven en su época. Es una de las cuatro grandes maestras de la historia. A sus 19 se colocó entre los diez grandes.

La alta especialización tiene cabida en ambos sexos, sin embargo, en el caso del ajedrez (donde la fuerza física queda de lado), es claro que la presencia de niñas disminuye en la adolescencia, justo cuando los niños comienzan a producir más testosterona, que les permite enfocarse mucho mejor que nosotras, además de volverlos más competitivos. Esta etapa es crucial y, en la mayoría de los casos, ocasiona que nuestra naturaleza nos llame a otro tipo de actividades donde, no necesariamente, se requiere competir de la misma manera. Polgár dijo, en alguna ocasión, que para competir en esos niveles había que ser muy egoísta y pensar en sí mismo, no en los hijos, no en la pareja. Se retiró como jugadora profesional en 2014, pero su carrera tiene muchas satisfacciones como haber derrotado a once campeones mundiales actuales y del pasado, entre ellos a Garry Kasparov.

Todos tenemos los mismos derechos mas no somos iguales, a unos se nos facilitan unas cosas y a otros, otras. Lo importante es sabernos capaces y tener la opción de elegir. Como papás apoyemos a hijas e hijos por igual. El ajedrez desarrolla el pensamiento estratégico y la concentración, habilidades necesarias en la vida. Hoy Polgár se dedica a enseñar ajedrez y organiza anualmente el “Global Chest Festival”. Sostiene que “es un juego mental, no debería haber separación entre hombres y mujeres”.

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