En el año de 1598, el religioso Fray Juan Agustín de Espinoza, acompañado de un reducido número de indígenas y españoles, llegaron a un poblado y al mismo le impusieron el nombre de “La Misión de los cinco señores”, en honor a Jesús, María, José, Joaquín y Ana, teniendo una precaria y muy corta existencia, pues junto con Mapimí, Durango, fue arrasada por indios salvajes, por lo que tardaron años en volver a establecer la misión o congregación como originalmente se le conoció.
A mediados del siglo XVIII, La misión de los cinco señores fue arrasada por los indios bárbaros, los ataques que sufrieron los habitantes de La Misión de referencia, fueron de igual forma llevados a cabo en San Juan de Costa y Mapimí, siendo necesario que se establecieran en tales poblaciones los llamados presidios militares, que no eran sino acuartelamientos de soldados para la defensa de los poblados en donde se ubicaba La Misión de los cinco señores, al ser refundada por tercera ocasión se le denominó “Pueblo de los cinco señores del río Nazas”, estando tal refundación a cargo del Capitán José de Barroterán, quien trasladó a cien familias tarahumaras para tal fin, después de lo anterior, fue conocida La Misión de los cinco señores simplemente como Nazas, aparte de las invasiones de los indios salvajes, el poblado de referencia padeció de varias epidemias e infecciones, tal y como aconteció con el “cólera morbus”, la cual causó una gran mortandad entre los pobladores, todo esto en el año de 1843.
Durante su vida como misión y poblado, en el año de 1777 fue elevada la población Nazas a la categoría política de Villa, esto debido al gran progreso alcanzado por sus pobladores, así como el impulso que le impusieron a todo tipo de actividad que desarrollaron, su lucha tenaz por la superación de todas las actividades que desarrollaban en su población, no obstante todos los obstáculos que se les presentaron durante toda la existencia del poblado.
Nazas, Durango, nos dio a conocer un instrumento con que los primitivos laguneros realizaban la pesca, elaborado con las varas de un árbol ribereño, al parecer sabino, tal implemento era para pescar, era tipo de cesto entretejido de forma casi romboide, su base es redonda y en el centro un cilindro como de diez centímetros de diámetro y treinta de alto, que termina con varas en punta para evitar que salgan los peces que entran. El uso reiterado de tal utensilio, dio lugar a que en el río que principalmente se usaran fuera llamado “Río de las Nazas”, el cual es también conocido como “El Padre Nazas” y el “Nilo Lagunero”.
