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La columna del perro

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¿Todo se pega?

M.V.Z. MIGUEL DÁVILA DÁVILA

¿TODO SE PEGA?

Micky propietario de un negocio, que a base de su esfuerzo se ha hecho más grande con el paso del tiempo, me comentaba que gran parte de su vida, y desde antes de casarse, "comencé con una pequeña empresa que en la actualidad es sólida y en expansión, pero me ha costado mucho", continúa diciendo, "ya que por estar al pendiente de todos los detalles de mi negocio, me he perdido de muchas cosas buenas de la vida. No he podido saborear los pequeños detalles cotidianos, como el salir a caminar y respirar el aire fresco, también muchas de las veces, me perdí de los eventos escolares de mis hijos, así como las celebraciones de sus cumpleaños y ni qué decir de mis amigos, de quienes también me separé, pues siempre me encontraba trabajando.

"Al grado de pensar y de llegar a creer incluso que eso era lo normal. Las personas más apegadas a mí, me lo decían al principio como un comentario simple, y al paso del tiempo me lo decían más como un consejo, para que yo mejorara mi entorno, no desde el punto de vista económico, sino desde el punto de vista de mi vida personal, es decir que fuera 'menos perfeccionista', 'menos obsesivo' por mejorar, que me diera permiso de fallar, de cometer errores, que fuera más sencillo, es decir que volviera a vivir la vida. No es que yo quisiera hacer todo esto, o que no me propusiera a cambiar, sino que más bien no encontraba el cómo.

"Un día al ir transitando por la calle me encontré un perro herido, al parecer lo habían atropellado, pues tenía heridas recientes y sangraba de ellas.

"Me paré, lo recogí y lo llevé al veterinario, me fui al trabajo, pero me quedé con la duda de si viviría o no, y si sus heridas iban a dejar secuelas en él. El perro en cuestión, pasó tres días en tratamiento y recuperación, al cabo de los cuales fui a recogerlo con mis hijos, quienes estaban primero muy angustiados y después muy emocionados, pues nunca habíamos tenido un perro en casa, ya que a mí no me gustaban.

"Mi primera intención fue regresar al perro a la calle, pero a recomendación del veterinario, me aconsejó que no lo hiciera y me recomendó que cuando menos me quedara con él hasta que se restableciera por completo, ya que también lo había esterilizado y requerirá, por tanto, de unos días más de cuidado.

"Esos pocos días de cuidado se convirtieron en muchos años y sigue contando, ya que nos quedamos de por vida con el 'Solo' nombre que le pusieron mis hijos a nuestro perro.

"Como por arte de magia mi vida cambió, ya que al principio teníamos que darle terapia al perro y después llevarlo a caminar. Nos involucramos tanto en esto mis hijos y yo, ya que sacábamos a caminar al 'Solo' todos en familia dos o tres veces por semana.

"Aprovechando este tiempo para convivir y platicar nuestras cosas.

"Mis hijos de adolescentes se convirtieron en jóvenes, luego en adultos, y después; cuando querían platicarme de algo en confianza, como pretexto decíamos, vamos a sacar a caminar al 'Solo' estrechándose en mi familia los lazos de cariño y de confianza. Y así de una manera inesperada pasé de ayudar en su vida a mi perro, el 'Solo' a que este me ayudara en mi vida a mí.

Cuando mis amigos me veían con mi perro y me decían '¿este es el perro que rescataste?', sonriente los corregía y les decía que más bien el 'Solo' me había rescatado a mí".

Y ahora para terminar una gota de filosofía: LA SUERTE NO EXISTE… EL DESTINO YA ESTÁ ESCRITO DESDE QUE NACEMOS… DIOS NO JUEGA A LOS DADOS.

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