Como dice la canción que cantaba el gran Vicente Fernández, quien por cierto, quería ser mi "rodilla", pues hace muchos años pretendió a mi novia… Pero volviendo a la canción, a su contenido, habla del verdadero cariño de un hombre hacia algo o hacia alguien… Ahora que mis hijos volaron del nido que los vio nacer y que los protegió, recuerdo muy seguido esa canción.
Tan seguido la recuerdo que ahora que los años se me empezaron a empalmar, marcando mis arrugas, y que junto con las canas son ambas huellas inequívocas de que la primavera y el verano ya pasaron, y ahora en el otoño de mi vida… soy tan sentimental que de repente me encuentro cantándole la canción de "Chente" a mis queridos perros, Xolo y Mica, quienes son por hoy nuestros acompañantes.
Y es que con la edad creo que debemos aprender a capotear los tiempos malos, los altibajos en la salud, y los bajones repentinos de ánimo, ya que al acumularse los años, éstos se hacen más frecuentes, pues como bien me dijo alguna vez el Ing. José Farías a quien conocían sus amigos como el Beiby: "Mire doctor ya viejos, pobres y ricos es lo mismo, se encuentra uno luchando día con día contra los malestares y los recuerdos acumulados, y éstos ya juntos de cuando en cuando nos hacen sentir tristes".
Por eso y por los tiempos que nos está tocando vivir, además, de que la vida es injusta y dispareja, en la cual casi no hay amigos sinceros, yo les recomiendo si sienten algún tipo de soledad, adopten un perro y verán que siempre tendrán compañía y cariño sin interés, y a lo mejor algún día, como a mí me pasa, en agradecimiento, se encontrarán cantándoles a ellos la canción de Chente "Recuerda al hombre que más te amó".
Y AHORA PARA TERMINAR UNA GOTA DE FILOSOFÍA: SÉ SELECTIVO EN TUS BATALLAS, A VECES TENER PAZ ES MEJOR QUE TENER LA RAZÓN.