Existen muchas historias y algunas contadas pudieran parecer hasta exageraciones, pero el azar la suerte y las coincidencias existen.
Y la historia que en esta ocasión les comparto es la de un ejemplar adulto de color beige, que por nombre lleva “Duque” a quien nos lo llevaron a consulta en la semana que paso, con notables huellas de deterioro como son: incapacidad para caminar correctamente, extremada delgadez y cicatrices visibles en cara y cabeza probablemente de eventos desafortunados que sufrió en el pasado amén de caminar con mucha dificultad con las patas de atrás.
Este perrito en cuestión, andaba perdido y fue rescatado por el rumbo del “Coliseo” por “Marlene, persona bienhechora y amante de los perros”, quien trato de buscarle adoptante y su búsqueda fue respondida por Sil Joan Rodríguez, quien a su vez buscaba a un perro que se le había perdido casi un año atrás.
Después de contactar a la rescatista, y ponerse de acuerdo para ver al perro adoptante en cuestión, Sil Joan de inmediato se dio cuenta que era “El Duque” su tan querido y buscado perro, ya que ella nunca se dio por vencida y siguió buscado durante todo el tiempo que estuvo vagando a merced del clima y todos los peligros a los que está expuesto cualquier ser viviente en la calle. Al presentar Sil Joan al “Duque” a sus hijos Diego y Santiago Cazares, estos le dijeron: “No es el ‘Duque’ mamá” al ver al perro tan cambiado a como ellos lo recordaban pues el ejemplar que estaba ante ellos no los reconocía ni mostraba interés alguno sobre ellos.
Su mamá les insistió que sí era y lo llevó a atención medica donde se le bañó, se le quitaron las garrapatas y se le dio una revisión general, en la que se distinguían dos grandes anormalidades siendo una de ellas una notable cicatriz en la cabeza y su poco andar, y si lo hacía era con mucha dificultad de las patas de atrás.
Sil Joan, platicó en la consulta que su “Duque” había tenido dos grandes accidentes en su vida: uno a los diez meses, y el otro a los cinco años, razón por la cual está segura de que era su perro amén de que su corazón le avisara que había reencontrado por fin a su perro amigo. De cualquier manera se le practicó un estudio radiográfico y asertivamente estos arrojaron una fractura antigua en uno de sus fémures y otro en el rabo.
Sil Joan volvió a los días con Diego su hijo y con el “Duque” un poco más restablecido y con la certeza de que su “corazón” no se equivocó y con la alta probabilidad de que poco a poco el “Duque” los recuerde, pues la amnesia puede deberse a un traumatismo en la cabeza, esto compatible con la gran cicatriz que ahora tenía su “fiel” compañero encontrado. Seguros ahora sí, Sil Joan y sus hijos Diego y Santiago, se esmeran en darle alimento, un techo, cuidados médicos ,y lo que siempre tienen ellos para dar que es cariño y empatía para los seres desvalidos los cuales se convierten en la mejor esperanza para el restablecimiento del amado “Duque”. Y ahora para terminar una gota de filosofía: SI SOY AMA.