EDITORIAL Caricatura Editorial Columna Astillero Sergio Sarmiento editoriales

Civitas

José Alfredo

CARLOS CASTAÑÓN CUADROS

Genio y figura, poeta y filósofo. Quintaesencia de lo popular. José Alfredo Jiménez (1926-1973), cumplió el pasado 23 de noviembre, cincuenta años de muerto. La efeméride ocupa un lugar mayor en el calendario nacional, porque sus canciones están tan presentes, que en muchos sentidos, el cantante y compositor, sigue entre nosotros. Sus letras pertenecen a la memoria colectiva, tanto como una identidad musical. Se cantan sin distingo, cada vez que la fiesta o el gusto cotidiano lo demandan. En tiempos de Spotify, el repertorio josealfredino, continúa vigente. ¿Qué sería de Luis Miguel sin José Alfredo?

La Orquesta Sinfónica Nacional y el Estudio de la Ópera de Bellas Artes realizaron un homenaje con veinte arreglos sinfónicos, bajo la dirección del maestro Ludwig Carrasco. En vida, tuvo los mejores intérpretes, como Pedro Infante, Jorge Negrete, Pedro Vargas, Lucha Villa, Lola Beltrán, pero quien llevó la expresión a otro nivel, fue Chabela Vargas. Con voz aguardientosa, cantó desde lo más profundo del alma. Por momentos nos hace llorar.

Varias de sus canciones, son un monumento patrio. "El rey" alcanzó la categoría de himno nacional. Es la esperanza tras la derrota. Yo sé bien que estoy afuera/ Pero el día que yo me muera/ Sé que tendrás que llorar… Con dinero y sin dinero/ Yo hago siempre lo que quiero/ Y mi palabra es la ley/ No tengo trono ni reina/ Ni nadie que me comprenda/ Pero sigo siendo el rey.

Por momentos, el abismo de sus canciones es nihilismo puro, donde los límites rayan en la autodestrucción. "Camino de Guanajuato" es la máxima expresión del ser y la nada: No vale nada la vida/ La vida no vale nada/ Comienza siempre llorando/ Y así llorando se acaba/ Por eso es que en este mundo/ La vida no vale nada.

De una manera u otra, los límites están presentes hasta someter al cuerpo. Me cansé de rogarle… Yo sentí que mi vida/ Se perdía en un abismo/ Profundo y negro, como mi suerte. Al pesimismo, le sigue también un alarde de machismo. Escuchemos la "Media vuelta": Te vas porque yo quiero que te vayas, a la hora que yo quiera te detengo, yo se que mi cariño te hace falta, porque quieras o no, yo soy tu dueño.

Dante inicia perdido en la Divina Comedia: A mitad del camino de la vida, en una selva oscura me encontraba, porque mi ruta se había extraviado. En "Paloma querida", José Alfredo se plantea una experiencia similar: Me encontraste en un negro camino, como un peregrino, sin rumbo y sin fe. Más dramático, para el hijo predilecto de Dolores Hidalgo, llega la negra noche de mi mal.

José Alfredo representa la época del mito ranchero a mediados del siglo pasado; bucólico, pero también lleno de bravatas: Quise hallar el olvido al estilo Jalisco. En sus canciones hay un maridaje perfecto entre amor, sufrimiento y alcohol, a tal punto que su mayor apuesta recae irremediablemente en Baco. Que se me acabe la vida frente a una copa de vino. En buena medida, sus canciones son autobiográficas: Que me sirvan de una vez pa todo el año, que me pienso seriamente emborrachar. Murió como vivió.

Más allá de la borrachera, otra vertiente del compositor, es el José Alfredo sociólogo que se redime en el amor: Que no somos iguales, dice la gente… yo no entiendo esas cosas de las clases sociales, solo sé que me quieres y que te quiero yo. En la nostalgia del pueblo, también arremete contra las urbes: Las distancias apartan las ciudades, las ciudades destruyen las costumbres.

Entre los géneros, el hijo del pueblo no sólo forjó la canción ranchera, sino también los corridos, hoy tan de moda en su versión tumbada. Del Perro negro al corrido de Mazatlán. Pero también en sus letras hay una lección no aprendida, porque en eso de las leyes del querer, nunca aprendemos nada: Qué suerte la mía, después de una pena, volver a sufrir, que triste agonía, después de caído, volver caer.

Más cerca del cielo, el poeta tuvo ratos felices hasta llorar de alegría: Si no dejan, nos vamos a querer toda la vida, si nos dejan, de todo lo demás nos olvidamos… Por fortuna, hay José Alfredo para rato.

Nos vemos en @uncuadros

Leer más de EDITORIAL

Escrito en: Carlos Castañón Cuadros Editorial Carlos Castañón Cuadros Civitas

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 2257939

YouTube Facebook Twitter Instagram TikTok

elsiglo.mx