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YAMIL DARWICH

Al leer el libro del catedrático e investigador universitario, Oded Galor, titulado ´El Viaje de la Humanidad´, encontré un párrafo muy interesante, referente a la descripción de las condiciones existentes entre pobres y ricos, qué diferencia a los estados desarrollados y subdesarrollados, según el Consejo de Washington para los Países en Desarrollo.

Le comparto lo leído y algunos comentarios propios:

Mencionan la liberación del comercio como una de las condiciones favorecedoras -lo que en otras palabras significa ¡no estorbar!-, para promover la generación de nuevas empresas y proteger a las ya existentes que generan el empleo, consecuentemente hacer que circule el dinero generando riqueza.

Desde luego que se trata de promover la productividad dentro del marco humanista que busca el bienestar de todos, aunque casi nunca se cumpla.

Proponen la privatización de las empresas públicas que, como consecuencia, favorece la productividad -hecho repetidamente observado-, recortando el gasto del estado y bajando costos con la competencia estimulada. En resumen: incremento de la calidad de vida.

Proteger los derechos de propiedad con procedimientos expeditos en registros, rompiendo vicios burocráticos, implementando normas, reglas y leyes que den protección jurídica al propietario. Se trata de promover la simplificación administrativa.

Sugieren evitar la sobre regularización de los procedimientos de registro y control en la creación de negocios. En países como el nuestro, obtener un permiso para trabajar, puede llevarse semanas y meses, generando durante los tediosos procedimienos altos costos burocráticos, incremento del gasto al interesado, costo extra por la dependencia encargada del trámite y corrupción.

Hay empresas que deben aplicar hasta un 35% de sus ingresos a los pagos de ´cochupos´ para los empleados de las citadas ventanillas, si acaso desean agilizar sus trámites, costo que se traduce, finalmente, en términos en detrimento de la economía del país.

Proponen revisar y corregir ampliando la base fiscal que provoca gran desigualdad; los grandes empresarios corruptos tienen recursos -humanos y materiales- destinados a evadir sus responsabilidades fiscales y muchos de los comerciantes irregulares carecen de registros hacendarios evadiendo su obligación. Sumados son abrumadora mayoría.

Incluya las deficiencias -o no recaudación- de los casos de subempleo, empleo informal y vendedores varios, quienes también evaden pagar sus impuestos. Los costos por los servicios públicos que reciben son cubiertos por la minoría responsable que declara y la corrupción -de nuevo- está presente.

Quedan atrapados los responsables del cumplimiento de sus responsabilidades hacendarias; son los pocos, quienes soportan la carga de todos, siendo otro factor que impide el desarrollo de los países tercermundistas.

También evitar ´tipos impositivos marginales´, qué, sabedores de la ineficiencia en la recaudación hacendaria y la necesidad de elevarla para que el estado aplique presupuestos, imponen ´pagos sobre pagos... y sobre pagos´. Práctica abusiva.

Un trabajador que recibe su quincena en una empresa responsable, al momento de tomar su dinero ya entregó el impuesto correspondiente, directo e ineludible y la empresa hizo lo propio, que seguramente lo calculó en base al presupuesto y costeo de pago al personal. Al hacer sus compras con el dinero ganado con el sudor de la frente, paga otro cargo al consumo; así, del dinero que recibe en correspondencia a su esfuerzo, entregará al Estado hasta el 35% de cada peso. Abusivo.

Los analistas de la economía mundial han encontrado relaciones muy interesantes entre la riqueza y la pobreza con la corrupción. Lo invito a reflexionar nuestro caso.

Los países más ricos, que ofrecen mayor calidad de vida -salud, vivienda, empleo, escuela, seguridad y diversión- cuentan con sistemas democráticos más desarrollados; entre los estados "en vía de desarrollo", la aplicación de la apariencia de ejercicio democrático genera un menor ingreso per cápita y con alta frecuencia muestran corrupción.

En los países ricos, los servicios burocráticos para atender los procesos de registro y atender responsabilidades sociales se hacen rápidamente y simplificando; en los pobres son tortuosos, engorrosos, complicados, repetitivos, ineficientes, con alta corrupción desde las ventanillas, hasta los altos puestos gerenciales, incluyendo subgrupos extorsionadores casos los inspectores, instaladores, reparadores, levantadores de lecturas, etc.

En los países poco desarrollados en democracia, frecuentemente hay liderazgos dictatoriales aparentando "bien común", rodeados por un grupúsculo de remoras: familiares, amigos y socios en corrupción, hasta militares, participantes del abuso, buscando su enriquecimiento inmoral.

Hay otros factores favorecedores de la desigualdad, caso de la educación -pre requisito para la superación personal-, cultura heredada, tecnología, posición geográfica y sus condiciones climáticas, suelos y fertilidad.

En general, en el texto mencionado, tales particularidades describen las capacidades de países ricos y pobres para combatir la desigualdad. Los ciudadanos, considerados pobres, sufren más.

Para ejemplificar las diferencias tome nuestro caso; reflexione las realidades entre el norte, centro o sur de México.

Lo invito a reflexionar y concluir cómo somos los mexicanos, las particularidades de nuestra sociedad y el qué debemos hacer para corregir nuestras debilidades. ¿Acepta? [email protected]

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