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Geometría política

RAÚL MUÑOZ DE LEÓN

Es tiempo que el presidente de la República se abstenga de hablar de neo liberales y conservadores, lo que no ha hecho sino dividir a la población del país, cuando que su deber es fomentar y mantener la unidad de los mexicanos. 

Si se acepta que en México la derecha está representada por el Partido Acción Nacional y que la izquierda está englobada en el Partido de la Revolución Democrática, que ahora le disputan Morena y Movimiento Ciudadano, podría concluirse que, si tales espacios están ya habitados, al Partido Revolucionario Institucional le correspondería ocupar el centro. 

Por principio, el centro es una manera de llamar a la moderación, que se ubica de forma equidistante entre los extremos de la izquierda y la derecha. Y en tanto que es moderado se considera como generador de estabilidad política.

Sin embargo, sus detractores opinan que el centro no existe como posición ideológica, porque según ellos en una interpretación maniquea la izquierda se identifica con el cambio, mientras que la derecha pretende que las cosas conserven el estado que tienen en un momento dado; por lo tanto, el punto medio es una incongruencia histórica y política, porque no es posible admitir el equilibrio con neutralidad entre las aspiraciones innovadoras y los afanes conservadores. El centro, dicen sus críticos, representa la indefinición, la ambigüedad ideológica, el abandono de principios y valores, la comodidad que no compromete.

En el desarrollo de las ideologías políticas, han sido muchos los que rechazan el conflicto violento de dos clases, y proponen un punto intermedio conocido como la socialdemocracia. El pensador y político alemán Edmund Bernstein, afirmó que los partidos socialdemócratas debían convertirse en policlasistas donde quepan lo mismo asalariados que intelectuales. 

En los tiempos actuales ha cobrado vigor la renovación de la socialdemocracia, desde la tercera vía británica hasta el nuevo centro alemán, de tal suerte que incluso los partidos que anteriormente pertenecieron al socialismo, cuando se dio su renovación se autodenominaron socialdemócratas como sucedió con el Partido Socialista Obrero Español o el socialista francés, que cuando llegaron al poder, se corrieron a la derecha.

Por esta razón, para algunos analistas el centro realmente no existe pues tan sólo es un disfraz que utilizan la izquierda o la derecha de acuerdo a la conveniencia de sus intereses.

El analista político mexicano, Mario Velasco Torres, autor del ensayo "La búsqueda del centro; ¿identidad y camino?", dice" "En México tenemos en el PRI un centro auténtico, fruto de un modelo propio de desarrollo que debe perfeccionarse a la vista de las deudas en la justicia social y con el saldo positivo de la democracia. Tiene similitudes con la socialdemocracia que los vinculan: policlasismo, que permite que a la fecha coincidan obreros, campesinos, indígenas, clases populares urbanas, intelectuales, académicos y empresarios. El eclecticismo se hizo presente a la hora de construir el proyecto de nación donde participaron todos los actores con su propia cosmovisión".

En el otrora partido hegemónico, militan (¿aún?) intelectuales con formación de izquierda, funcionarios públicos con visión empresarial, líderes obreros y dirigentes campesinos con aspiración socialista. En su momento, el tricolor supo captar ideas que estaban en boga como el desarrollo sustentable y el ecologismo. Por eso la oferta del PRI, históricamente ha sido "un gobierno ubicado en el justo medio que atienda por igual a todos los sectores de la población", lo que es congruente con su filosofía política.

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Escrito en: Panorama Raúl Muñoz de León

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