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Francisco Villa, un mosaico de imágenes

El autor se topó con la conspiración para asesinar a Villa, el atentado en Parral, la posterior profanación de su tumba y el robo de su cabeza

Escribir sobre Villa le significó un peso en la espalda, pero es mayor la necesidad de “contarlo bien”.

Escribir sobre Villa le significó un peso en la espalda, pero es mayor la necesidad de “contarlo bien”.

SAÚL RODRÍGUEZ

Las historias sobre los supuestos tesoros perdidos de Francisco Villa fue lo que despertó un interés en el escritor Paco Ignacio Taibo II, autor del libro ‘Pancho Villa, una biografía narrativa’, el cual está publicado por Editorial Planeta. Enlazado desde su estudio en Ciudad de México y días antes de visitar La Laguna para impartir una conferencia referente al aniversario luctuoso del caudillo, junto a los historiadores Pedro Salmerón y Jesús Vargas, el actual dirigente del Fondo de Cultura Económica (FCE) indicó que esto fue el génesis de su investigación.

Empiezo a tomarme en serio la investigación de que Villa enterró en vida, en las últimas campañas de la División del Norte barras de plata, doblones o dólares gringos. Se hablaba de seis o siete lugares. A partir de eso, empiezo a ver cómo los recupero y en la etapa en la que Villa está en Canutillo, después de que se retira en 1920 de la lucha armada, hay varias salidas misteriosas que encuentro en registro. Evidentemente está recuperando algo de dinero para alimentar la hacienda, porque Canutillo está en estado de desastre”.

Con un archivo nutrido por horas de investigación, el autor se topó con la conspiración para asesinar a Villa, el atentado en Parral, la posterior profanación de su tumba y el robo de su cabeza. Así se adentró en la otra mitología sobre el paradero del cráneo. En total registró 37 exploraciones sobre el tema, que le arrojaron historias desde lo más realista hasta lo más inverosímil.

Que un gringo a quien le había matado un hijo en Columbus puso cinco mil dólares de premio por la cabeza de Pancho Villa, pero Villa ya está muerto; que está en un circo, en la universidad de no sé qué en un receptáculo secreto que mantiene una secta universitaria”.

Ante la incógnita, el escritor decidió escribir un cuento que diera norte sobre la cabeza de Villa. Cuando menos se lo esperó, tenía una inmensidad de archivos sobre el tema. Entonces entró en debate con sí mismo sobre la “ausencia de una buena historia del villismo”. Leer la biografía recién publicada por Friedrich Katz le desempolvó el panorama, por eso su propuesta se apoya bastante en la mente militar de Villa.

Villa es, entre muchas otras cosas, un mito, una presencia, una leyenda negra, un momento clave de la revolución, pero es esencialmente un caudillo militar: Villa es la División del Norte”.

Escribir sobre Villa le significó un peso en la espalda, pero es mayor la necesidad de “contarlo bien”. Eso significaba sumergirse en la historia a profundidad para atacar las leyendas blancas y las leyendas negras, investigarlas y contarlas. “El mito de Villa, el mito positivo, el mito del héroe es muy potente”. Reconoce que el caudillo es una polémica continúa, pero que su imagen tiene gran sustento en un sentido popular.

La leyenda negra en el caso de Villa es muy potente y tiene sustento, pero hay cosas que parcialmente lo tienen y de esas se agarran. Escribir sobre Villa es entrar en combate continuamente tratando de ver qué hay de cierto”.

Lo comentado por Taibo II armoniza con la reflexión compartida por el historiador Carlos Castañón a partir de un análisis sobre la imagen villista, difundida sobre todo a raíz de su relación con las productoras de cine norteamericanas y el boca en boca entre la población popular.

Villa es un personaje extraordinario en todos los sentidos. Es el continuador del maderismo; es decir, hay claramente una causa política y social. En muy buena parte, Villa representa la justicia social de un forajido, alguien que toma las armas y al mismo tiempo enarbola una serie de causas populares”.

Contraparte

Otros historiadores como el chihuahuense Reidezel Mendoza Soriano, autor del libro ‘Los crímenes de Francisco Villa’, prefieren abordar al caudillo desde la oscuridad de sus acciones. Mendoza indica que por lo mínimo existen registradas mil 500 víctimas que murieron ya sea por órdenes o por la propia mano de Villa.

Esos casos son hechos, son hechos absolutos, ocurrieron, eso no está en duda. Por lo tanto es un hecho histórico y no son leyendas, ni blancas ni negras ni rosas. Nada de leyenda tienen esos abusos”.

En su libro, Mendoza parte de lo escrito por Celia Herrera (hermana de Maclovio Herrera) para recopilar y analizar múltiples casos, muchos de ellos pertenecientes al año 1916 como el fusilamiento de 84 hombres en San Pedro de la Cueva, Sonora, el 2 de diciembre ; el asesinato de 90 soldaderas en Camargo, Chihuahua, el 12 de diciembre; el asesinato de doña Celsa Caballero, una comerciante de 71 años de Jiménez, Chihuahua, que fue quemada viva por esconder a su hija de Villa, el 14 de diciembre. Así como la violación de 110 niñas y mujeres en Namiquipia, Chihuahua, el 8 de abril de 1917.

Creo que no hay lugar por donde transitó Villa donde no se hayan cometido ejecuciones extrajudiciales o asesinatos a mansalva”.

Sobre el centenario luctuoso, el historiador indicó que, más que leyendas blancas o negras, se debe empezar a discutir sobre datos históricos, posicionados desde el presente con vista al futuro cuestiones como: “¿Qué significa Villa en nuestra historia? ¿No explicaría en parte este clima de violencia? A quienes tenemos en la palestra, ¿quiénes son?, ¿qué representan de México?”.

Por su parte, el doctor Enrique Sada Sandoval, agregó que el término “leyenda negra” debe referirse sólo a la campaña de hispanofobia y anticatolicismo que Países Bajos e Inglaterra realizaron contra el Imperio Español en el siglo XVI. Pretender extender este concepto a otras instancias, tales como los crímenes de Villa, “es una falacia”.

“En cuanto a lo que Villa hizo, pues no hay leyendas, hay pruebas, hay testimonios, hay archivos judiciales. Y para desgracia de los enamorados de Villa, hay hasta archivos de inteligencia militar”.

Además, considera que su imagen como héroe tiene raíces políticas en la reivindicación histórica de un “régimen revolucionario”.

¿Por qué habría que reivindicarse ante la historia? Porque, imagínese: 30 años de retraso, 1.5 millones de muertos inútilmente, prácticamente no significó ningún tipo de Revolución, sino un retroceso para el país […] De ahí la necesidad de crear este tipo de personajes pintorescos”.

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Escrito en: Francisco Villa

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