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Expectativas irreales de la terapia psicológica

En esta era de la inmediatez, pocos se resignan a que no hay camino fácil para el crecimiento personal. La terapia cognitivo conductual es altamente efectiva, pero requiere de un esfuerzo activo por parte del paciente.

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MARIMAR CENTENO

La necesidad imperiosa de querer todo rápido y ahora, invirtiendo el menor tiempo posible en la espera, es algo que caracteriza a la sociedad actual, que vive con prisa y busca satisfacer cualquier necesidad inmediatamente, incluyendo las carencias emocionales.

La búsqueda consciente o inconsciente de mejorar el estado de ánimo en poco tiempo, conduce al camino del placer inmediato, a dejar las tareas y responsabilidades para después y, en su lugar, visualizar contenido vacío en cualquier medio de comunicación. Se trata de hacer lo que sea que no implique un esfuerzo cognitivo.

Con este ritmo de vida acelerado, el cerebro produce cortisol, la hormona encargada del estrés. Esta sustancia, cuando se libera de forma constante, puede resultar muy dañina para el organismo de cualquier persona, pues altera los sistemas inmunitario, digestivo y reproductivo, además de potenciar los estados de ansiedad y depresión, entre otras afecciones.

Uno de los riesgos de la búsqueda de placer inmediato, es que propicia el sedentarismo y la incapacidad para establecer o mantener vínculos saludables con los demás. Esta era tecnológica donde casi todo está al alcance de un clic (estudiar, pagar servicios, jugar, comprar, realizar trámites administrativos, etcétera), puede desencadenar personalidades egocéntricas que se olvidan de ver al otro y sus vulnerabilidades. Si existe falta de sociabilidad, habrá ausencia de solidaridad. La empatía pierde fuerza, y la sensibilidad y la salud mental también pueden deteriorarse al dejar de practicar la paciencia para disfrutar el resultado de un proceso.

TERAPIA “PATITO” VS TERAPIA EFECTIVA

En esta inmediatez hay individuos que tienen expectativas irreales de la terapia psicológica; quieren una guía práctica de cómo vivir sin ningún malestar emocional y, mientras más rápido funcione, mejor. No quieren asumir la responsabilidad de cambio; dejan todo en manos del terapeuta, cuya función debe ser conducir la responsabilidad de mejora hacia el paciente. Esto, sin embargo, sólo lo hacen los profesionales de la salud con suficiente preparación y ética. Por ello hay que dudar de quienes ofrecen resultados rápidos y fáciles cuando se trata de cuestiones de la psique.

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La salud mental no es un juego; se debe abordar con ética, con profesionalismo, haciendo uso del método científico, con un respaldo teórico y académico comprobado. Pedir credenciales es algo lógico y esperado, pero una cédula de licenciatura en psicología no es ni será suficiente para ejercer el trabajo clínico; haber hecho un diplomado tampoco lo es. El terapeuta debe tener al menos una especialización en el área a abordar.

Es importante resaltar que la terapia con enfoque cognitivo conductual es uno de los procesos psicológicos respaldados por evidencia científica; se ha demostrado que es efectiva al mejorar la salud mental, la calidad de vida y la percepción de bienestar entre los consultantes.

Una de las metas principales de un buen trabajo terapéutico es que el paciente logre cambios de conducta para mejorar su estado de ánimo. Si bien la recuperación inmediata es imposible, la persona sí puede sentirse diferente desde la primera sesión.

A lo largo de las sesiones, aprenderá herramientas y métodos que le ayudarán a resolver los obstáculos de la vida diaria, pues los sentimientos pasajeros se volverán más fáciles de tolerar. Los síntomas propios de una salud mental deteriorada pueden disminuir, extinguirse o dejar de tener un impacto considerable en cualquier aspecto de su vida.

CAMINO COGNITIVO CONDUCTUAL

En la actualidad, la terapia breve con enfoque cognitivo conductual es una buena alternativa de intervención que deja resultados positivos y permanentes. Permite la resolución de problemas sin hurgar en el pasado, ya que se centra en las situaciones que activan el malestar en el presente.

A través de herramientas como la confrontación, el paciente comienza a darse cuenta de su responsabilidad en el malestar actual, pero también de cómo los pequeños cambios de comportamiento pueden mejorar su estado notoriamente. Una vez que reconoce que es capaz de dar estos pasos, se siente motivado a seguir con el proceso hasta concluirlo.

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Si el paciente se compromete a realizar una tarea y no la hace, en la siguiente sesión se abordarán de forma clara las resistencias que está presentando para evitar el cambio, así como las ganancias secundarias que puede obtener de enfrentarse a aquello que lo incomoda.

La mejoría se presenta cuando, ante una situación que anteriormente solía activar ciertos síntomas, la persona responde diferente, de forma adaptativa. En este punto ha aprendido maneras creativas de afrontar y tolerar el malestar que le producían experiencias similares. Cuando eso sucede es porque el cambio cognitivo conductual ha sido exitoso.

Cabe destacar que las recaídas son parte del proceso terapéutico. Es importante recordar que los humanos nos equivocamos y, por lo tanto, podemos actuar de forma automática, con respuestas que sabemos serán dañinas emocionalmente. Sin embargo, darse cuenta de esa repetición automática también es un avance para que, con la práctica, la persona finalmente pueda decidir conscientemente cómo reaccionar ante una situación.

ATENCIÓN PLENA

Una de las bases filosóficas de la psicología son las prácticas budistas, otra herramienta que resulta muy útil en el proceso terapéutico. A través de la meditación o la conciencia plena, el paciente aprende a elegir a dónde llevar su atención. No se trata de desaparecer el estímulo desestabilizador, sino de observar qué hay alrededor de él y redirigir los pensamientos. Aceptar lo que es, lo que hay y descubrir lo mejor que se puede hacer con eso, disminuye los estados de ansiedad o tristeza.

La terapia breve invita al consultante a reflexionar sobre los procesos cognitivos que determinan sus emociones y conductas, y se le invita a responsabilizarse del cambio personal en un ambiente de respeto, aceptación incondicional y empatía, logrando así una alianza terapéutica.

Uno de los viajes imperdibles en la vertiginosa sociedad actual es, sin duda, hacia el gran universo interior, porque así podemos lograr que funcione a nuestro favor. Este es uno de los regalos que se descubren en la terapia psicológica.

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