Así se define quien tiene una psique que tiende a la esquizofrenia paranoica, sin llegar a presentar la gravedad de esta enfermedad, pero con alteraciones de la personalidad, alucinaciones/ilusiones, agresividad, pérdida temporal del contacto con la realidad, etc.
El esquizoide tiene rasgos paranoicos, aunque presenta sentido parcial de la realidad y crítica a sus actos; su estado emocional lo lleva a ejecutar acciones que afectan a su entorno.
Pareciera que en esa definición caben muchos líderes mundiales, particularmente los del Medio Oriente, empeñados en destruir, aún a costas de la afectación mundial. Los rusos, los ucranianos y otros caben en la clasificación, aunque ese es otro tema.
El conflicto entre árabes e israelitas es añejo, aunque intenten manipularnos con información distorsionada.
Todo empezó antes de Cristo, cuando por "orden divina", los terrenos entonces ocupados por "politeístas infieles" fueron entregados a Israel, -según el Antiguo Testamento- cuyos integrantes no dudaron en invadir, luchar y tratar de exterminar a los aborígenes quienes repelieron la agresión, iniciando así el conflicto histórico.
Vinieron tiempos de ocupación, luego esclavitud -de unos y otros-, siempre con luchas cruentas. Finalmente, los judíos quedaron fuera del territorio en cuestión, hasta que llegaron los tiempos modernos.
Los episodios de salvajismo son múltiples, siempre cargados de insensatez y podemos resumirlos brevemente:
Al ser derrotado el imperio Otomano, en la Primera Guerra Mundial, el territorio disputado fue ocupado por Gran Bretaña, publicando la Declaración de Balfour, que proponía la creación de un hogar nacional para el pueblo judío.
Imponiendo la fuerza el general británico, Edmund Allenby, entra en Jerusalén, por la puerta de Jaffa, en diciembre de 1917. Ya se imagina la respuesta palestina.
En 1922, había 84.000 judíos en Palestina y en 1931, 175.000, -el 20 por ciento de la población- provocando el descontento árabe que, en 1936, desemboca en una revuelta general de los musulmanes que exigían su independencia y el alto a la inmigración judía.
En 1946, las autoridades británicas, en el llamado "Libro Blanco", proponían la independencia de Palestina, rechazando su división en dos estados; limitaba la inmigración judía y restringía las compras abusivas de tierras. Pero la inmigración de judíos continuó y el enojo israelí por la propuesta desembocó -1946- en el ataque a la Comandancia Militar del Mandato Británico, muriendo 92 personas. Primera muestra de terrorismo sionista.
Al terminar la II Guerra Mundial -1945- los británicos renuncian al mandato y el 14 de mayo de 1948, Israel hizo efectiva la resolución de la ONU, que establecía la creación de dos estados: uno judío -con el 55 por ciento del terreno- dejando el resto a los árabes. Los ocupantes del territorio rechazaron el plan declarando una guerra que finalmente ganan los israelíes en 1949.
En 1956, más violencia con la Guerra del Sinaí, en la que Israel, en octubre, invade la Península del Sinaí, apoyados por Gran Bretaña y Francia.
Luego vendría la Guerra de los Seis Días -1967- cuando en junio Egipto y Siria enfrentaron a Israel, durante una semana.
Las consecuencias de la derrota fueron que Israel, mantuvo los territorios palestinos ocupados, además la península del Sinaí, Jerusalén y los Altos del Golán.
1973, en la guerra del Yom Kipur, Israel volvió a ser atacado por Egipto y Siria, que querían recuperar los territorios perdidos. Fueron derrotados.
En 1979, Israel y Egipto, firman los Acuerdos de Camp David, por los que Israel devuelve al país árabe el Sinaí.
En 1987 la primera intifada: los palestinos se enfrentaron al ejército con piedras, palos, cócteles molotov y armas caseras, en la revuelta árabe más intensa desde 1936. En Gaza se funda la organización Hamás.
1993, se reconoce a la OLP como interlocutor árabe y Yasser Arafat, efectúa acciones terroristas contra intereses israelíes.
En 2006, el grupo islamista Hamás gana las elecciones en Gaza y se hace del control de la franja, manteniendo una dura oposición terrorista contra Israel.
Como puede reflexionar, no hay ni habrá vencedores o vencidos, solo triunfos temporales que, con los años, han creado generaciones envueltas por la afectación mental generadora de la violencia; algunos de ellos desarrollando rasgos esquizoides, quienes, perturbados, renuncian a la razón, adoptando las armas como argumento.
Los líderes de ambos países ahora pretenden ¡matar! a su enemigo, mostrando pérdida de ecuanimidad y cordura, con declaraciones y amenazas de destrucción total de ciudades y vidas humanas, en uno y otro lado.
Desafortunadamente, se consolidan los bandos de locura: por un lado, el eje formado por medio orientales, Rusia, China y Corea del Norte, incluidos los populistas latinoamericanos -simples pendencieros, comparsas desorientadas- y los miembros de la OTAN, encabezados por los Estados Unidos, con un presidente sumiso al capital israelí manipulando los medios de comunicación.
¿Habrá forma de terminar con los intereses particulares en bien del mundo? Reflexionemos: ¿dónde quedó la razón?
