EDITORIAL Caricatura Editorial Columna Astillero Sergio Sarmiento editoriales

No hagas cosas buenas...

El ocaso

ENRIQUE IRAZOQUI MORALES

Apenas envestido por mayoría unos pocos días atrás, era momento de presenciar por motivos profesionales, el sexto informe de gobierno del casi saliente gobernador constitucional del Estado de Coahuila, Miguel Ángel Riquelme Solís.

Si alguien quiere constatar los datos duros: el gobernador Riquelme definitivamente tiene un saldo positivo: el crecimiento económico instaurado en un modelo de seguridad real donde la fuerza del Estado era menester para salir adelante, tal como fue, en el sexenio casi extinto. Los coahuilenses tuvieron la garantía de que había un Estado que hizo lo que tenía que hacer: brindar seguridad a las personas y a sus familias, y en segundo grado, seguridad a sus posesiones materiales para partir de ahí al desarrollo positivo de la entidad.

El blindaje de Coahuila en materia de seguridad se convirtió indiscutiblemente en un factor atractivo para inversionistas nacionales y extranjeros, que iniciaron o extendieron sus negocios en esta tierra, generando con ello fuentes de empleo.

Evidentemente Coahuila ha crecido y como no. Riquelme Solís que está apenas a unas semanas de concluir su mandato, le está entregando a su delfín Manolo Jiménez una entidad federativa en paz, mayormente dispuesta a dar la cara al futuro venidero. Esa entidad que además del ocasional nearshoring le está ofreciendo un futuro económicamente mejor gracias a las ventajas competitivas que se ofrecen, hoy le están dando -y yo diría--, al gobernador electo, una plataforma bien cimentada e independiente que le permita a la tierra de Francisco I. Madero y Venustiano Carranza mirar a un futuro mejor, donde la justicia social prevalezca, basada en una estrategia de desarrollo donde se contemplen todas las aristas que pudiesen surgir en un mejor camino, donde se puede buscar la prosperidad.

Coahuila tiene sin duda un futuro promisorio, un bienestar para hoy y sobre todo para mañana.

Sin embargo, no todo es miel, pues se debe reconocer que hay temas pendientes, por ejemplo, en un asunto regional definitivamente destaca el metrobús, una obra que se inició en el sexenio de Rubén Moreira y que por las causas que usted quiera apreciado lector, jamás logró concretarse en pleno. Agua Saludable, que si bien es cierto es un asunto de primera instancia en los municipios de La Laguna en los estados de Durango y de Coahuila, con presupuesto federal, importa materializarlo.

Nadie puede decir que el sexenio de Riquelme ha sido negativo, antes bien y sin querer señalarlo, parece que era hasta necesario que la titularidad del poder Ejecutivo fuera recibida por un oriundo de La Laguna para brindar cierto equilibrio histórico estatal, a la par que la paz social y un gobierno -casi saliente--, garantizara seguridad jurídica en todos los aspectos.

Manolo Jiménez Salinas tomará el primer día de diciembre un Estado en plena pujanza, sin embargo, siempre hay necesidad de la creatividad de los jóvenes como él y de una mano firme como la que le hereda Riquelme para posicionar a Coahuila como un estado puntual en México.

El ocaso de una Administración está por suceder, así son los tiempos naturales de la legislación mexicana.

Toca reconocer y toca esperar. Miguel Riquelme exponenció un estado que venía de la sacudida de Humberto Moreira con lo que ello implicó; Manolo tiene en sus manos un mejor porvenir para Coahuila.

Ojala el nobel gobernador electo considere todo el contexto y sepa que el ocaso del gobierno de Riquelme es la mejor oportunidad para continuar o potenciar el crecimiento que el que se va, ha marcado.

Leer más de EDITORIAL

Escrito en: editorial Enrique Irazoqui editoriales

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 2248672

YouTube Facebook Twitter Instagram TikTok

elsiglo.mx