Al amanecer del día sábado 2 de octubre de 1943, ayer se cumplieron ochenta años, los equipos Jaboneros de Unión Laguna e Industriales (después Sultanes) de Monterrey, estaban prácticamente empatados en el liderato de la temporada de ese año de la Liga Mexicana de Beisbol (LMB).
Se dice "prácticamente empatados" porque UL tenía contabilizado un juego menos que Monterrey, no porque no lo hubiera jugado sino porque uno que meses atrás había ganado, la LMB se lo había anulado y declarado que tenía que volverse a celebrar, hacia el final de la campaña.
La temporada de 1943 de la LMB se jugó a rol corrido. En consecuencia, el equipo que tuviera el mejor puntaje en cuanto a juegos ganados con respecto al total de encuentros sostenidos, medido en milésimas, sería declarado el campeón de ese año.
Al amanecer ese sábado 2 de octubre, a UL le faltaban 6 juegos y a Monterrey 5 para terminar la campaña. De los 6 encuentros que a Laguna le faltaban, dos los jugaría en Monterrey frente a Industriales, y cuatro en Torreón ante Pericos de Puebla, uno de estos para reponer el del triunfo de UL que la Liga había cancelado, precisamente sobre Pericos. A los Industriales, además de los dos frente a UL, les faltaba jugar una serie de tres encuentros en Tampico, contra Alijadores.
En aquella época solo se programaba una serie por semana, también de tres juegos, como ahora, que solía ser los días jueves, sábado y domingo. La última serie en Torreón, que por excepción sería de cuatro juegos, se realizaría los días jueves 7, viernes 8, sábado 9 y domingo 10 de octubre de 1943.
Pues bien, aquel sábado 2 de octubre, que como ya se dijo UL y Monterrey amanecieron prácticamente empatados en el liderato, el mánager lagunero, nada menos que el gran Martín Dihigo, para muchos el pelotero más completo de todos los tiempos, decidió lanzar el juego de ese día para ganarlo y así, sucediera lo que sucediera el domingo, no tuviera que regresar el equipo a la Comarca debajo de Monterrey en la tabla de posiciones.
El UL estaba conformado aquel año por formidables peloteros. Entre ellos, los siguientes cinco cubanos: el propio Dihigo, mánager que además jugaba -y con gran maestría- todas las posiciones excepto la de cátcher, el extraordinario lanzador Manolo Fortes, los dos Carlos, Colás y Blanco, y Alejandro Crespo. Lo integraban también los mexicanos Laureano Camacho, José María Castro y Kelo Cruz, por cierto este último regio de nacimiento. Y tres laguneros, igualmente estelares: Jesús "Chanquilón" Díaz, Guillermo "Memo" Garibay y Jesús "Borrachita" Reza.
Dihigo por UL y Daniel "La Coyota" Ríos por Monterrey, sostuvieron ese sábado tremendo duelo de pitcheo, ganado por el segundo 1 carrera por 0. La única carrera que le hicieron a Dihigo fue en la misma primera entrada. Y fue todo, porque después de este inicial episodio Dihigo no permitió más carreras y colgó ocho ceros consecutivos. Pero esto no evitó que Monterrey se colocara en el standing ligeramente arriba de Laguna.
El día siguiente, domingo 3 de octubre, hoy se cumplen 80 años, para sorpresa de todos el gran Dihigo volvió a subir al montículo con menos de 24 horas de descanso, toda vez que el juego dominical fue matutino. Y no le hicieron carrera alguna, solo le batearon tres hits, aislados, y ningún corredor le llegó a pisar el tercer cojín. Laguna ganó 2 a 0. De manera decisiva contribuyeron a la victoria con el bate y con el guante los nativos laguneros Jesús Reza al producir una de las dos carreras anotadas por Laguna y con una espectacular atrapada a un batazo de foul sacado por el mánager adversario Lázaro Salazar, por el lado de la tercera base. Y "Chanquilón" Díaz, que con sensacional engarce le robó un cuadrangular al mismo Lázaro Salazar, así como otro que por el jardín izquierdo también le robó José María Castro al receptor regio Roy Campanella, quien años después llegaría a ser estrella de Grandes Ligas.
Un diario local calculó que "algo así como mil seiscientas personas" fueron de La Laguna a Monterrey para presenciar ese encuentro del domingo y que al término del mismo el equipo regresó a Torreón "acompañado de una interminable caravana de automóviles".
Por si pasó inadvertido el dato, se hace notar que en dos días seguidos Dihigo colgó nada menos que 17 ceros consecutivos. Nadie más lo ha vuelto a hacer, y probablemente nadie jamás volverá a realizar esa hazaña.
Cuando regresó a Torreón para enfrentar a los Pericos de Puebla en la última serie de la temporada, UL tenía 49 juegos ganados y 36 perdidos, para un puntaje de .576 milésimas. Y Monterrey registraba 50 triunfos y 37 derrotas y puntaje de .575 milésimas. Prácticamente un empate, aunque nuestro equipo arriba por escasamente ¡una milésima!
En los siguientes martes veremos qué pasó después. Verdaderamente de no creerse.
Juan Antonio García Villa