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Eduardo Niave

Eduardo Niave, voz lagunera que se traslada a Roma

El tenor estudiará durante año y medio en el Teatro dell’Opera di Roma

(FOTO: CORTESÍA)

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SAÚL RODRÍGUEZ

Su primera cita con la música ocurrió al cursar la escuela secundaria. Inició en la rondalla escolar, rasgando la guitarra y dibujando acordes. Pero el canto fue un terreno que exploró al entrar a la preparatoria.

El lagunero Eduardo Niave supo que quería estudiar música y se trasladó a Monterrey para hacer una carrera técnica; descubrió en la Sultana del Norte que el canto finalmente sería su destino.

El tenor llega a El Siglo de Torreón días antes de tomar un vuelo que lo llevará a Roma, ciudad donde el próximo año y medio se dedicará a perfeccionar su técnica vocal gracias a una beca. El lagunero reconoce el calibre de esta oportunidad para su carrera, pues se trata de algo que siempre tuvo en mente.

Su meta, comenta, es abrirse terreno en los escenarios europeos. “Yo no conocía nada del mundo de la ópera aquí en México ni en ningún lugar, hasta que de Monterrey regreso a Torreón y me meto a la Universidad La Salle.

Yo estuve en el coro del INMUS (Instituto de Música de Coahuila), que es el que participa con Camerata de Coahuila en sus conciertos, en sus óperas. Hice una audición y me quedé como jefe de cuerdas de los tenores”.

El coro del INMUS, bajo la dirección de Octavio Rivas, le propició un acercamiento íntimo a los escenarios. Recuerda que en 2018 ayudó a montar la ópera Elixir de amor, de Gaetano Donizetti.

A ese hecho lo considera su primer contacto con la ópera. “Vi a los solistas que estaban cantando, con su vestuario, en el escenario, con la orquesta.

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(FOTO: CORTESÍA)

Fue donde se me prendió la chispa de querer ser solista, de querer ser cantante de ópera”. Una vez asumido el reto, Niave se programó para transitar por el largo proceso de trabajar su voz.

El trayecto implicó una aguda observación sobre su instrumento. Perfeccionó sus ejercicios de vocalización, de activación de voz para que esta pueda despertar y dé lo mejor de sí.

“Es muy diferente cantar a las ocho de la mañana y las ocho de la noche. Por ejemplo, en la noche, tú ya tienes todo el día despertando, moviendo, caminando. Si te pones a cantar a las ocho de la mañana, tienes que despertarte muy temprano y saber qué procesos, o qué ejercicios, despiertan a tu voz.

No solamente son vocalizaciones de cantar, sino el cuerpo, cómo se involucra todo el cuerpo. Tienes que hacer que circule la sangre, que se oxigene el cuerpo”. Su primera incursión como solista fue un partiquino, un papel secundario en la ópera La flauta mágica, compuesta por Mozart. El montaje se realizó con Camerata de Coahuila en 2019.

“Canté el hombre armado y el sacerdote”. Aunque meses antes también participó en la Misa de coronación, efectuada en el Cerro de las Noas, allí cantó el tenor solista.

“Son cosas muy diferentes, una es en forma de concierto, de misa, y la otra es ya en el escenario. En el concierto es un poquito más fácil, por así decirlo, solo tienes que estar atento al director, siguiendo la música, leyendo inclusive. Es estar muy atento a la vista del director y con los oídos a los demás, con los otros solistas.

Y en la ópera, que fue La flauta mágica, fue un mundo diferente, porque tienes que estar recordando trazos, vas con un vestuario y la personificación del personaje que están representando, además era en otro idioma, estaba cantando en alemán. Se le van sumando cosas”.

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(FOTO: CORTESÍA)

SUEÑO EN EL VIEJO CONTINENTE

El tenor Eduardo Niave ha sido aceptado en el programa de artistas jóvenes La Fabbrica, del Teatro dell’Opera di Roma 2023.

Se trató de un proceso conformado por varios filtros. El primero de ellos fue aplicar para la convocatoria a través de internet: en junio pasado mandó datos, archivos, videos, para que el jurado conociera un poco más de él. Recibió la repuesta favorable en el mes de septiembre y alistó maletas para cruzar por primera vez el océano Atlántico.

“Me dijeron que me habían aceptado, preseleccionado para hacer audición presencial allá en Roma. Esa audición presencial me la hicieron el 25 de noviembre.

Nos citaron solo a los tenores, días antes habían citado a las sopranos”. Niave compitió con 18 tenores de todo el mundo. Él era el único latinoamericano y, por ende, el único representante de México.

Tras interpretar arias de ópera en distintas etapas, el lagunero fue pasando filtros, incluso una entrevista en italiano, hasta llegar a la final y ser uno de los dos elegidos para esta beca. “Principalmente, es el hecho de estar en Europa y poder hacer otras audiciones sin viajar de continente a continente.

La otra, también muy importante es que, mi país favorito, después de México, es Italia. Siempre había querido estar en Italia. Y la audición que hice allá fue la primera vez que salí del país”.

Amante de la cultura italiana y fiel seguidor de Giacomo Puccini, Niave aprovechará su estancia en Europa para perfeccionar su técnica vocal, mejorar su italiano y tomar experiencia que le permita consolidar su carrera en el canto operístico.

“Realmente estoy emocionado y un poco nervioso, por la idea de que sea mi segundo viaje, pero ya para quedarme allá, para mudarme, para cambiar mi residencia […] El chiste es buscar de poquito a poquito” concluyó.

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